
Javito (Adrián Albertoni) nace en la villa. Su mamá, Lamami (Laura Dantonio y su hermana Olguita (Carolina Allende), también.
Javito es un joven “descarriado” y pobre, delincuente menor, “cachivache arruinado” y todos los epítetos que pueden surgir para un joven con “portación de cara”: el estigma de ser villero.
La vida va y viene, hasta que de repente un hecho trágico tuerce todos los destinos. La vida, las vidas cambian a partir de una muerte y al ritmo de la cumbia villera, Javito se transforma y con él, lo que comienza a acontecer en su pasillo de su Villa La Bombacha.

Lamami, El Diego, Carranza, Javito, Olguita y otros más se unen en una trama compleja que, desde lo teatral combina la actuación con la música en vivo, pero que, a otro nivel, marca cómo el destino, es fuertemente político, independientemente (o no tanto) de las identidades partidarias.
No se mancha es una apuesta interesante, original, excelentemente interpretada y dirigida, con músicos en escena que acompañan como testigos de la vida en la villa.
Lejos de toda romantización, NSM juega en y con los bordes, con una profundidad que arremete y lastima pero da esperanzas. El deseo, la esperanza, el amor, la justicia sólo tienen sentido si se producen en el plano de lo colectivo.

¿Qué es lo que no se mancha?
“La pelota no se mancha”, decía Maradona.
No se mancha Lamami, ni la Villa La Bombacha, ni el honor villero, que no puede sucumbir ante el poder hegemónico.
No se manchan la ternura y la posición ética en la vida, la alegría y las ganas de vivir.
No se mancha, sobre todo, el inmenso amor por el pueblo y el deseo de un mundo mejor, con lugar para todos.
Y, como reza la obra: “ ¡Ya fue la vida fulera…ahora, a salvar la villa entera!
Teatro El Popular, Chile 2080, CABA
Funciones; Sábados 21. 00 horas
Entradas por Alternativa Teatral
