¿Cuándo comienza una obra? Yo diría, y particularmente en esta ocasión, cuando el locutor o la locutora, con su voz en off, le hablan al auditorio:  todos en las butacas, y una voz en off que arranca hablando de la situación actual del teatro, de los salarios de los trabajadores, de las luchas por sostener al teatro como cultura, más allá de cada evento, de la cultura como acto político y colectivo.

Desde El Inconsciente, nuestro apoyo incondicional al teatro y a sus trabajadores/as: a quienes actúan, hacen la iluminación, musicalizan, arman la escenografía, realizan la puesta en escena, se ocupan del sonido y la utilería, confeccionan los títeres, todo, hasta lo inimaginable que está implicado en el acto teatral, para que seamos sujetos activos de la cultura.

Y así, comienza Salvajada, con esta llamada a la lucha, con este enlace que es un clamor por un mundo más justo y amable.

Los artistas de esta obra -escrita por el extraordinario Mauricio Kartun, basada en el cuento Juan Darien, de Horacio Quiroga- van por los pasillos laderos de las butacas, con máscaras de tigre.

Buscar al tigre, matarlo, porque hay que asesinar todo aquello que se supone peligroso, y haciendo gala de la propia violencia, aunque no se la registre como tal. Entretanto, en el monte, una mujer llora la muerte de su bebé. La cuna vacía, la angustia infinita rodean a la joven mujer. Y un tigre, en su casa, uno de los perseguidos por los cazadores, le cambiará la vida: por consejo de la Pitonisa lo amamantará  para que se convierta en humano. Así sucede. El tigre adviene niño, deviene su hijo. Ni olor a Tigre tiene.

Juan Darien, así se llama, crece y va a la escuela, y allí -vaya destino- se convierte en víctima de burlas y agresiones por parte de sus compañeros. Es raro, es diferente. Sin embargo, “no pelear”, es el mandato que trae de su mamá. 

¿Cómo se soportan las injusticias y las hostilidades? Entre los actores, las actrices, los títeres humanos, se va construyendo una historia bella y dura, nunca binaria sino con pasiones, ideas, sentimientos entreverados. Así, se funden el amor, la culpa, el miedo, la soledad, la burla, el desprecio. Es en este punto donde surge el clamor. 

Esta pieza inteligentemente dirigida por Luis Rivera Lopez e interpretada por artistas de la talla de Valentina Bassi, Carlos Belloso, Mónica Felippa, Diego Ferrari, Carolina Guevara, Pablo Mariuzzi, Gustavo Masó, Julieta Rivera López, Carolina Tejeda y Blanca Vega, plantea las cuestiones centrales de la condición humana: cómo construir un mundo más amable, habitable por y para todos y todas. Las luchas descarnadas por el poder son, básicamente, del orden de lo humano y no de los animales. Pero los animales de Horacio Quiroga, sabemos, son metáfora de los hombres. La intención de dañar – “matar al diferente”- cantan en varios momentos- es completamente humana.

Así, entre una madre, una pitonisa, maestra, alumnos, cazadores, representantes del Ministerio de Educación, un domador y varios “fenómenos” -mujer barbuda, siameses- y tigres, muchos tigres, advertimos que la Naturaleza es también cultura y producción humana. 

Salvajada, obra que ha implicado preparación física y vocal, música, trabajo de talleres para la producción de elementos, es una clase magistral de teatro. 

En tiempos complejos, de avasallamientos y opresión, crece la lucha. Y la lucha, hace temblar.

Conmuévanse. Tiemblen, que aquí estamos. 

Una obra sencillamente extraordinaria, para pensar en clave política. 

Teatro Nacional Cervantes

Libertad 815, CABA