Podría subirme al techo de la casa del vecino ahora mismo. Inspeccionar minuciosamente una a una las tejas. Caminar, haciendo equilibrio, mientras voy de un lado al otro de la empinada pendiente. Podría agacharme, tocar el calor emanado de esa unión teja-sol. Ver las hormigas y en un hondo respiro recordar a mi abuela. Podría … Sigue leyendo