
Hoy es 5 de enero de 2024. Hace veintiséis días que gobierna Javier Milei, su gabinete oficial y el fantasmático. Los ministros y secretarios que fungen como funcionarios y los líberos que toman decisiones, escriben DNU’s, o manejan parte de la comunicación oficial del presidente, como Federico Sturzenegger e Iñaki Gutiérrez, quien en este inicio de año fue desplazado de un puesto que todavía no sabemos si existía.
Pero como todo es a puro impulso libidinal de las fieras cebadas por el éxito impensado de hacerse con el gobierno pese a haber salido terceros en las preferencias de los argentinos o, por si no quedó claro: como nos gobierna el PRO y Macri y Bullrich, junto a Caputo, Sturzenegger, y Luis Petri (¿recuerdan el deslucido desempeño de Bullrich y Petri durante la campaña?), y Macri se fue de su desastroso gobierno diciendo que el error fue no haber implementado los (sus) cambios mucho más rápido, están repartiendo a grosera velocidad la ropa y los zapatos de una Argentina que ya dan por muerta.
Y la dan por muerta porque a golpe de DNU y de Ley Ómnibus -que no cumplen ninguno de los preceptos y reglas constitucionales-, pretenden establecer un nuevo orden (con nada de nuevo y todo de viejo, conservador y retrógrado), que implica desconocer el ADN de un país, que se funda en sus bases constitucionales.
Javier Milei es una distracción, una marioneta que nos muestran gesticulando, exagerando, con un acting bipolar donde se exalta maniacamente, o graba discursos en los que parece empastillado. Pero intentan distraernos con eso, así que ya no importa cuáles son las verdaderas convicciones o motivaciones de este personaje.

Tomemos consciencia, queridos Inconscientes, que están apuntando a la total disolución social con una inflación descontrolada que nos está desesperando y poniendo en peligro nuestra suerte individual: pensar cómo comemos, cómo educamos a nuestros hijos, cómo nos aseguramos un techo… y mientras tanto nos estuvieron robando el país completo, desde Menem y Macri con el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, siendo este nuevo títere quien firma con su DNU la escritura de la venta total de nuestro país. Y cualquiera que pretenda debatir, oponerse, plantear discrepancias, se transformará automáticamente en … ¡kirchnerista! O colectivista, peronacho o comunista. No importa el mote que elijan, cualquiera será transformado en algo degradante por el machaque constante de sus medios serviles y para ahondar la grieta que supieron conseguir bajo la premisa: DIVIDE Y REINARÁS. Basta ver cómo están aplicándole el escrache a los jueces que habilitaron la cautelar sobre los artículos del DNU que avanzan sobre los derechos de los trabajadores.
Parece una broma de mal gusto, pero en algunos sectores les funciona, les anda bien esto de decir “la peor herencia recibida” refiriéndose al gobierno de Alberto Fernández, como acto de venganza por la misma calificación aplicada al gobierno que contrajo una deuda salvajemente enorme y a cien años que, sin pasar por el Congreso, contrajeron con el FMI (Macri y los suyos, básicamente Caputo y Struzenegger: los mismos títeres manejados por los mismos titiriteros).
Alberto Fernández nos pareció siempre un papanatas y últimamente, un raro y cuestionable peronista. Desagrada como individuo y es detestable en lo político, por supuestamente tibio pero supo jugar claramente para la derecha de este país y aledaños. Sin embargo, basta ver sus números -para nada preciosos-, expuestos estadísticamente por sectores insospechados de kirchneristas, como la Universidad Católica, o la AGN, presidida por la oposición a su gobierno, así como los datos de consultoras internacionales, para ver que la construcción de la “peor herencia, etc.”, aplicada a su gobierno, es solamente eso: una construcción, con datos inexistentes y sin ninguna rigurosidad estadística, orientada a echar una cortina de humo para que luego reaparezcan los magos macristas con todos los trucos que nos dejan sin futuro, sin que podamos reaccionar.
Esto fue largo. Nos hubiera gustado decirles sencillamente, no se dejen engañar. La única manera, la forma más rudimentaria pero infalible para saber quién está detrás de todo esto, es ver a quién beneficia cada apartado y cada artículo del DNU.
No dejen que nadie les trate de explicar esto hablando de la casta, que no sabemos a qué se refiere, solamente sabemos que la AEA (ASOCIACIÓN EMPRESARIA ARGENTINA) está dirigida por los dueños de las empresas más grandes y monopólicas del país: por Luis Pagani (dueño de ARCOR), Paolo Rocca (dueño de TECHINT), Héctor Magnetto (dueño Grupo CLARÍN), Sebastián Bagó (dueño Laboratorios BAGÓ), Aldo Roggio (dueño Grupo ROGGIO), más José CARTELLONE, Alfredo COTO, Enrique PESCARMONA, Cristiano RATAZZI. Y siguen los nombres, pero lo importante es que El Inconsciente expanda su conciencia como en un mapa mental para saber que cada artículo del DNU favorece a cada uno de estos tipos.
Otra vez: Milei es una figura de cartón piedra que agitan y que un tipo con voz de malo lo hace hablar detrás del cortinado. Pero detrás de escena, están los que manejan los hilos de estos títeres, dueños de los grupos de empresas que monopolizan el 70% de los alimentos y artículos de primera necesidad que consumimos los argentinos, pero que también tienen un valor internacional en dólares: ése es el precio que nos están queriendo cobrar. Ya se llevaron el 50% de nuestros salarios en pocos días, y en algunos más continuará la sangría, y los trabajadores, las PyMES, los sectores vulnerables y los sectores medios, habremos sido robados de lo poco o medianamente digno que teníamos. Alguien se lo está llevando y es nuestra responsabilidad saber quiénes son.
Sabemos que son tiempos difíciles, pero los convocamos a todos a no rendirse, a no dejarse pulverizar por el miedo o el desaliento. No nos tiene que importar entre los argentinxs quienes votaron a quien, NO MÁS GRIETA QUE NOS QUITE NUESTRO PODER DE ESTAR UNIDOS, porque sabemos bien que siempre estamos intentando elegir lo que creemos el mal menor, aunque después muchos reconocen su error, pero eso ya es lo de menos. Es momento de no profundizar la grieta.
Estemos todos hombro con hombro dándole pelea a la monstruosidad a la que nos quieren someter, y mostremos que como en la época de De la Rúa, unidos con cacerola en mano, y sin ni siquiera necesidad de tener militancia a ningún partido político, nos podremos movilizar como en estos últimos días y demostrar que cada uno de nosotros tenemos el poder de nos dejarnos robar ni la alegría, ni la vida, ni la Argentina.
NUNCA MÁS.