Hija de padre japonés y madre argentina, Alejandra Kamiya es la autora del cuento que inspiró la obra.

Su ancestralidad la debe llevar a profundidades y a moverse de manera pausada, como para que la causalidad la acercara a Teresa Duggan.

Era inevitable el encuentro.

Pude conversar con Teresa tras bambalinas y transmitirle mi fascinación ante tanta sutileza en la puesta y la sencillez de esa historia de amor en un salar.

El novio regala un ramo de  ROSAS una flor desconocida .

La blancura y el rojo simbolizando TODO con el uso adecuadísimo del vestuario.

Teresa como coreógrafa y directora maneja lo tenue, el movimiento justo. Con un marco de ventana crea la sensación de hogar por el manejo de las luces, de la música. Parece que fuera fácil para ella aligerar nuestra imaginación.

El ballet contemporáneo del Teatro San Martín, seguramente, la acompañaron en la búsqueda de los personajes. En redescubrir al amor sin neurosis.

El Teatro Regio es bello, altivo con su antigua hermosura .

Por algún problema técnico no pudimos ver  El Eco de las Manos de Nicolás Berrueta.

Será la próxima semana!