
Fotografia: Florencia Alberto
Ricardo Bartís es un actor de cine y teatro, director teatral, docente y dramaturgo argentino.12 Entre otros premios recibió el Premio Konex 2001 al Director de Teatro. Actuó en decenas de películas y obras de teatro, poco a poco se fue alejando de la actuación para dirigir y formar actores de la talla de Soledad Villamil, Luis Machín, Alejandro Catalán, y otros.
En 1986 crea en Buenos Aires el Sportivo Teatral, un espacio en donde forma directores y actores y además sirve como teatro en donde se pone en escena cientos de obras en los más de 30 años de existencia. Y a partir de ese años, fue alejándose de la actuación para dedicarse a formar y dirigir actores. Desde la fundación del Sportivo Teatral en una vieja casona del barrio de Villa Crespo, ha desarrollado una actividad artística que lo ha convertido en figura ineludible del nuevo teatro de Buenos Aires. Ha dirigido, entre otras obras, Telarañas de Eduardo Pavlovsky (1986) y Krapp de Samuel Beckett (1988), pero lo más singular de su producción sobreviene de concebir de modo inseparable la dirección y la dramaturgia en colaboración con el grupo de actores, casi siempre apoyándose en el trabajo transtextual con obras literarias (dramáticas o no). Con esa tónica, estrenó Postales argentinas (1988), Hamlet o la guerra de los teatros (1991), Muñeca (versión del texto de Armando Discépolo, 1994), El corte (1996), El pecado que no se puede nombrar (a partir de textos de Roberto Arlt, 1998), Teatro proletario de cámara (sobre textos de Osvaldo Lamborghini, 2001), La última cinta magnética (2001), Textos por asalto (2002), Donde más duele (sobre el mito de Don Juan, 2002), De mal en peor (inspirada en el mundo dramático de Florencio Sánchez, 2005). La pesca (2009) y El box (2010) forman parte de la aún inacabada Trilogía deportiva. Algunos de sus textos dramáticos y muchas piezas de opinión en las que se explaya sobre los principios de su poética han sido recogidos por Jorge Dubatti en Cancha con niebla. Teatro perdido: fragmentos (Buenos Aires, Atuel, 2003). Además de los premios y de las invitaciones a festivales nacionales e internacionales, el reconocimiento hacia su labor proviene de los numerosos teatristas porteños que lo tienen por maestro.Sus obras fueron puestas en festivales internacionales de teatro. Recibió numerosos premios: El Podestá en 1994, Pepino 88 en 1998, el Trinidad Guevara, el María Guerrero, el Florencio Sánchez, el ACE en el 2000 y Clarín en 2005 al Mejor Director.
Fue director del Teatro Municipal General San Martín, de Buenos Aires. Y actualmente, reestrenó en el Cultural Thames (ex Sportivo teatral) La gesta heroica de su autoría, actuación y dirección que participó en el Festival de Colombia.

Gracias por recibirme en el teatro, mítico espacio de arte ¿Cómo creaste «La gesta heroica»?
Con el Rey Lear de Shakespeare quien tiene tres hijas, y se pregunta quién lo quiere más de las tres, y a partir de esa pregunta y de la respuesta que le da su hija menor, la que le molesta mucho, porque le dice que lo quiere como se quiere a un padre.
¿Y cómo se quiere un padre para vos, Ricardo?
Y… Dependerá de los hijos y del padre. Dependerá porque hay muchas formas, siempre es un lugar raro, tanto para el padre como para los hijos, son lugares que se padecen un poco. El lugar del padre, el lugar de la madre, los lugares excesivamente fijos se padecen generando obligaciones, generan siempre culpa.

Culpa de….
…De la cantidad de amor que circula: porque me quiere mucho, porque no me quiere tanto, porque quiero mucho, porque quiero menos, porque debería ser así o debería ser asa. Me parece que se configuran universos muy propicios a desencuentros y a fuerzas medias irracionales que se disparan en esas relaciones. Pienso en la medida en que una estructura familiar es una reducción a lo mínimo de lo que sería el cuerpo social, lo que pasa a nivel de esa cultura, de esa sociedad. Reproduce esos desencuentros de lo humano.
¿Y vos crees que la gesta heroica tiene algo que ver con la gesta del Sportivo teatral ?
Era una broma.
Hablame de esa broma, me interesa.
La broma está en relación a la idea del nombre La gesta Heroica que le pusieron al parque de diversiones que funcionaba aledaño a la casa familiar en un lugar en la costa en Santa Teresita.
¿Ese parque existió? ¿Es una historia basada en hechos reales? Por que salimos de la sala y nos preguntamos eso por la impronta de verdad con que actúan en esta historia.
No. La única referencia que es histórica, es la referencia de que aparecen los cuerpos de los desaparecidos en el año 79.

Esas son las fotos de los diarios que se ven al salir de la sala.
Sí, esas fotos son de la aparición de cuerpos de los de los militantes revolucionarios del 70 secuestrados por la dictadura militar.
¿Y las fotos antiguas de la familia con la cara cortada de la madre?
Eso es parte de los elementos que están en una especie de museo familiar que están en la muestra de la parte de adelante.
¿Y la familia existió?
No. Lo único real es que en el año 79 aparecen en la costa argentina a la altura de Santa Teresita o San Clemente 19 cuerpos de jóvenes militantes, entre ellos está la una de las monjas francesas secuestradas por Astiz. Y aparecieron tanto acá en Argentina como en Uruguay.
El horror de la dictadura está de fondo y es una obra que habla tanto de la Argentina como de la argentinidad. ¿Cómo se llega a esta gesta donde nos creemos héroes en medio de las permanentes crisis y la locura reinante?
La dictadura dejó una marca indeleble… Hay algo que la dictadura ha generado más allá de la participación o la forma en que ha sido vivida históricamente, un grado de horror y negatividad tan fuerte y tan exhaustivo que, difícilmente no deje una zona de negatividad.
Y ahora se siente que algo vuelve a resonar para tener el gobierno actual…

Los discursos que se escuchan, las cosas que se dicen con el grado de irracionalidad, de locura y de negatividad…
Eso está muy bien encarnado en tu personaje, uno se ríe y no para de reírse realmente porque se destaca crudamente la locura.
Si no hubiera humor, sería insoportable, me parece.
Seguramente allí está el acierto de la dramaturgia, en la ironía y en la naturalización de las secuelas y síntomas familiares, abordando a partir de allí lo siniestro de la Argentina con una gran profundidad.
¿Cómo fue pasar de ser el director a pasar a ser el padre y actuar dirigiendo al mismo tiempo?
Estuve muy preocupado. Tuvimos que reemplazar a Luis Machín por Carlos Defeo y tuve que hacer ese pasaje y fue tremendo porque el tarado se murió, y era un alumno del Sportivo muy querido por todos.
Lo lamento mucho.
Si, muy difícil. Entonces, o no lo hacíamos más o la actuaba yo, eso era todo el sentimiento interno de compañeros. Estuvimos unos meses de duelo y fueron muy amables la gente de acá nos esperó durante casi cuatro meses entre fines de octubre y primeros días de marzo de este año. Estuvimos sin hacer nada, bah ensayando…
Y lo duro que habrá sido ensayar sin él.
Fue una suerte de exorcismo ensayar sin estar él y fue una forma amorosa de estar en contacto con cada uno.
Es muy bello ver cómo el arte nos salva del dolor.
No sé si te salva pero se transforma en un elemento de potencia. Y sentíamos siempre que el material era noble y era potente, y que teníamos muchas ganas de hacerlo.Entonces también hubiera sido una pena no proseguir.
Porque además vos venías de otro duelo: el cierre del Sportivo.
Si. Aquí es otro lugar con otros dueños, y el cierre fue al final de la pandemia. Fue muy fuerte eso. Se había transformado en un elemento excesivamente mitológico el Sportivo, era un lugar que tenía demasiada fama.
Eras como un Maradona en el sentido teatral, porque Maradona decía: yo no quiero ser Maradona (risas)
Maradona era un genio, yo no.
En el universo teatral sos maestro de maestros.
Pero no quería sostener más un cierto lugar. Estaba muy agotado con esa situación y esa cantidad de trabajo, de energía, y de esfuerzo para sostener un lugar que me obligaba a dar una cantidad enorme de clases para poder pagar los gastos que un espacio como éste, producía. Por otro lado, siempre lo he vivido con mucha crisis el tener que dar clases. No me considero un maestro, lo vivo con mucha dificultad y con mucho conflicto.
¿Por qué no te consideras un maestro?
No me interesa y no creo tener un saber peculiar. Me demanda un esfuerzo muy grande y ya estaba muy cansado. Yo voy a cumplir 75 años.
¿Fue mejor haber dejado entonces el Sportivo para iniciar esta etapa de tu vida?
No sé si mejor, era lo que tenía que hacer, estaba muy triste en lo personal. Trabajé durante más de 25 años en este lugar y algunos de los trabajos teatrales que más quiero los he hecho en este espacio.
Es un duelo para vos y para la cultura teatral argentina, y para mí que estudié teatro aquí. Y luego de duelar, se abrió algo nuevo evidentemente en vos.
Si. He vuelto a actuar, que eso es muy importante. Es más divertido estar del otro lado del escenario.
Si, es así es más relajado y divertido el lugar de actor y además, presentaron la obra en el Festival de Colombia.
Si, del 17 al 26 de Julio estuvimos con la obra.
Felicitaciones por ese logro y por volver a reestrenar a sala llena en el Cultural Thames. ¿Cuando empezaste a sentir que tenías tu vocación de actor?
Hace mucho, cuando tenía ya más de 50 años. Tenía una mirada bastante prejuiciosa en relación al teatro y a los que hacían teatro. Siempre tuve una sensación de ajenidad con el mundo teatral.
¿Y la seguís sintiendo?
Si.
Dejamos acá. Agradecida por este encuentro y por disfrutar de tus obras que forman parte importante del acervo cultural tan preciado para nuestro país.