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EL BOSCO Y LA PIEDRA DE LA LOCURA: Reflexiones sobre la Sociedad Fast-Psique – Por Lic. Manuel Larrabure

En la obra “Extracción de la piedra de la locura”, pintada por El Bosco a mediados del siglo XVII, se representa un procedimiento que, según se dice, era habitual en la época. Se creía que la locura era una piedra que podía extraerse del cerebro, y así, de forma casi instantánea, hacer el pasaje de la enfermedad a la salud mediante un proceso rápido, limpio y sin sufrimiento. Este interesante tema nos invita a reflexionar sobre la ansiedad de la sociedad occidental en torno a la solución de los conflictos, una obsesión que, lejos de ser nueva, puede rastrearse siglos atrás.

El Lobotomismo Moderno y la Búsqueda de Soluciones Instantáneas

A menudo pensamos que la tendencia a buscar soluciones rápidas a los problemas se ha intensificado en el último siglo, pero la obra de El Bosco nos permite ver que este carácter «lobotómico» de Occidente se remonta a los albores de la modernidad. La cultura occidental, a lo largo de los siglos, ha ido alejándose progresivamente del carácter sacrificial de los rituales, transformándose en una sociedad que busca eliminar el sufrimiento psíquico de manera casi automática. Esta “sociedad fast-psique” se caracteriza por la ausencia del duelo y por una búsqueda de transformaciones inmediatas, evitando el dolor como motor de cambio.

Esta tendencia a huir hacia adelante, tan propia de la hiper-modernidad, responde a una fórmula simplificada: “ahorrarse el dolor como motor de transformación”, una forma de esquivar el proceso melancólico y la vinculación profunda con los otros. Luciando Lutereau lo señala al mencionar la ausencia de la Otredad en la vinculación humana, un fenómeno que refleja la creciente desconexión social y la evitación del duelo, elementos fundamentales en los procesos psíquicos.

La Satisfacción Inmediata y la Desconexión del Alma

Como bien decía C. G. Jung, “el espíritu de este tiempo” nos ofrece vías de satisfacción inmediata como una forma de evitar el encuentro con el alma (psyche). El problema es que este espíritu termina tropezando con su propia lógica. Al igual que Marx afirmaba que la burguesía engendra a su propio verdugo, el sujeto promedio de esta época parece gestar su propio desconocimiento de sí mismo. Así, la promesa de felicidad basada en el consumo y la objetificación de los cuerpos termina por des-erotizar el cuerpo humano, banalizando su valor a través de una lógica de excitación y consumo rápido que inevitablemente conduce a la decepción.

En este sentido, las prácticas que el mercado nos ofrece —ya sea a través de productos, experiencias o incluso soluciones rápidas a los problemas psíquicos— no logran cumplir su promesa de felicidad. Como decían nuestras abuelas: “la mentira tiene patas cortas”, y la búsqueda de satisfacción mediante el consumo termina mostrando su carácter fallido, dejando al sujeto atrapado en una rueda de excitación, consumo y decepción.

La Psicología y el Reto de la Transformación Real

El desafío que enfrenta la psicología contemporánea es cómo ofrecer algo más que un alivio temporal a los síntomas que inevitablemente retornan. El reto radica en abrir el inconsciente, permitir que el paciente confronte las partes más desconocidas de sí mismo, y así romper la compulsión a la repetición y acotar el goce mortificante.

La obra de El Bosco nos recuerda que la “piedra de la locura” no puede simplemente extraerse del sujeto sin consecuencias. Si se eliminara esta parte, se perdería también una porción esencial del individuo: su sombra. La sombra, como parte desconocida de la psique, debe ser confrontada e integrada; de lo contrario, regresará de formas imprevistas, como las montañas de mugre que se acumulan bajo la alfombra. Si solo nos dedicamos a cambiar lo externo —eliminando lo que consideramos «la piedra»—, ¿qué tiempo quedará para la evolución psíquica?

El Bosco y la Insensatez del Cambio Sin Esfuerzo

La célebre frase satírica que acompaña la obra de El Bosco, “Maestro, quítame pronto esta piedra”, parece aludir a la insensatez de quienes piden al analista que haga su propio trabajo por ellos. Es la demanda de una solución mágica que evite el esfuerzo, la expectativa de que un fármaco pueda silenciar las voces internas sin necesidad de confrontarlas. La risa burlona que acompaña a esta escena, lejos de ser gratuita, nos muestra la ironía de un paciente que pretende delegar su propio proceso de transformación.

La Cultura del Olvido y la Evitación del Duelo

Esta misma idea resuena en la película “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, donde los personajes optan por borrar sus memorias dolorosas para evitar atravesar los procesos de duelo. Sin embargo, al eliminar los recuerdos, también pierden el sentido de su propia historia, quedando desorientados y alienados de su propia identidad. La película ofrece una poderosa metáfora de lo que ocurre cuando, en lugar de procesar el dolor, optamos por borrarlo o evitarlo, una estrategia que, en última instancia, priva al sujeto de su capacidad de transformación psíquica.

Reflexiones Finales

En el análisis final, tanto el arte como el psicoanálisis nos invitan a reflexionar sobre el peligro de buscar soluciones inmediatas a los problemas que requieren tiempo, esfuerzo y confrontación personal. La sociedad fast-psique en la que vivimos, con su tendencia a evitar el dolor y la incomodidad, corre el riesgo de privarnos de los procesos profundos que son esenciales para la verdadera transformación psíquica. Como en la obra de El Bosco, la ilusión de una cura rápida puede resultar en la pérdida de algo mucho más valioso: el conocimiento de uno mismo.

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