Estamos frente a una nueva puesta de la gran comedia ácida de los autores Sergio De Cecco y Armando Chulak, que hoy escriben en otra dimensión de los cuerpos y las almas. Cuando se estrenó en la década de los ’70, causó un gran revuelo por lo descarnado del conflicto y la crueldad de los diálogos. 

La versión reactualiza el tema, aggiornando el disparador inicial del conflicto -antaño fue la avería del televisor, hoy un equipo acondicionador de aire que deja de funcionar en un día de calor sofocante-, y varios aspectos que hacen a la época. En esta confrontación un hombre y una mujer de clase media trabajadora con diez años de matrimonio rompen todo dique de convivencia y concordia, dejando al desnudo sus aspiraciones frustradas, sus sueños rotos y la profunda falta de comunicación y afecto que provoca la mayor deriva de los personajes.

La obra, que ha sido largamente utilizada en escuelas y talleres de teatro, por lo desafiante que resulta para quien protagonice sus escenas, dada la situación límite y la necesidad de llegar al desborde, nos enfrenta a un crescendo de violencia verbal, que llega al borde de lo físico y logra conmover con esa gran ola que barre con el modo de convivencia de la pareja, dejándolos a la intemperie.

Claudia Carbajales y Walter Muni encarnan al matrimonio que se despedaza ante nuestros ojos; Adriana Gasalla es la tía, testigo desapegado de fragmentos de la pelea; Juan Lucero, el socio aprovechador y mañero del protagonista y Pedro Pelliza, el vecino inoportuno que también abona esta hipótesis puesta en escena en la que la convivencia es un lugar donde anida la violencia y la frustración si no hay amor y comunicación honesta.

Funciones domingos de enero y febrero, 18 hs., Teatro Buenos Aires.