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CÓMO PUEDO DESEAR TANTO ESTO – Por Sebastian Levin

«Cómo puedo desear tanto esto» es un manifiesto poético del deseo, una barbie de presiones sociales devenida monstruo, una poesía pizarnikesca desnuda hasta las tripas, un cuerpo lleno de expectativas que se hace cargo de su pretensión y por eso puede reírse de ella, un mapa de cicatrices y esperanzas.

Miguel Valdivieso blanquea todo: sus sueños, sus frustraciones, sus ideas, su búsqueda imposible de perfección, su obra fracasada. Al hacerlo, se aliviana la seriedad de la vida y se torna más parecida a la ficción, asumida -«la vida»- como un discurso más.

Así es como el autor, bailarín, director, coreógrafo y humano pone sobre la mesa el dispositivo ficcional, en un discurso múltiple interrelacionado que incluye el audiovisual, la poesía, las luces, el vestuario, la actuación y el baile. Y lo hace con un juego de recursos formales que nos dicen «esto es una ficción», de tal forma que uno es consciente de la misma y se relaja la ilusión de realidad que pretenden los biodramas. En términos de psicoanálisis, podemos decir que el significante se revela consciente de ser un signo que contiene un significado, pero que no es su significado. Ver una obra con contenido documental que, sin embargo, no pretende mostrar la realidad es ver una obra más libre, con más juego, con una pulsión de vida que pone el dolor en movimiento.

En su manifiesto poético inicial, declara: «Para la realización de esta obra le robo a…», y comienza una larga lista de nombres de docentes, autores, bailarines, instituciones e incluso películas infantiles de Disney. De esta forma, la intertextualidad es puesta sobre la mesa, asumiéndose en diálogo con otres artistas, con las instituciones que formaron su cuerpo de bailarín y con el mundo.

Miguel Valdivieso lo deja todo: cuerpo, alma, pasado, presente y futuro, y a la vez nos mira con la sensibilidad de un niño que quiere jugar y no lo dejan. Pasa por temáticas complejas como el suicidio, el VIH, la bulimia y la masculinidad, con una facilidad en la que se permite jugar con eso para que no sea solemne y no se autovictimiza, sino que lo baila, lo actúa, se divierte con eso.

«Cómo puedo desear tanto esto» es una conmovedora forma de reírse de las exigencias academicistas de la realidad y abre paso a una búsqueda introspectiva, que cuestiona las normas y crea su propia forma de existir.

Ig @sebilevin_

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