
Cuerpos que hacen piruetas imposibles como si nada, una cabeza flotante y pies que se transforman en peces. «Orquesta de Acróbatas» presenta «Sonata Corporabile», dirigida por Gerardo Hochman. Una conmovedora forma de ver las relaciones entre cuerpos que vuelan, giran, se deslizan, se agarran y se transforman en seres menos humanos.
En esta obra, 12 acróbatas son movidos por la música clásica con una soltura y facilidad que parece venir de seres de otro mundo, con otro vínculo con el aire y la tierra, con los demás y con ellos mismos.
Cuerpos hormigas, circulares, sincronizados, individuales, en dúos, unidos hasta alcanzar el doble de altura, encontrados y desencontrados cual fábulas de amor. Un gran cuerpo.
Una persona hace una reverencia tan grande para saludar a público que se «rompe» de modo chaplinesco y cae con piruetas. Una cabeza asoma en el telón, se revela flotante al subir más de lo que un ser humano podría y cae al compás de la música. Dos pares de pies devienen títeres juguetones, tiernos, amigos, que se transforman en peces, robots, manos, lo que uno se imagine, y terminan por hacer una reverencia para saludar a público. Sombras gigantes aparecen en las paredes y el techo mientras unos seres en poses extraordinarias avanzan en cámara lenta, iluminados por linternas.
«Sonata Corporabile» ratifica la frase del filósofo Baruch Spinoza: «nadie, hasta ahora, ha determinado lo que puede el cuerpo». Es sorprendente descubrir las infinitas posibilidades de los cuerpos, juntos, solos, con mesas, sillas, entremezclados en un tejido humano de formas pictóricas.
Saltos mortales, volteretas, macacos, reversados y movimientos sin nombre forman un espectáculo visual impresionante que culmina con una noche estrellada y que muestra, física y metafóricamente, que para hacer cosas increíbles nos necesitamos los unos a los otros.
Únicas funciones sábado 24 y domingo 25 de mayo a las 20hs
Sala La Argentina (Rodríguez Peña 361)
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