Ser testigos de la intimidad, escuchar confesiones, miedos y deseos, ser mirados a los ojos. “Manuelita” enternece e incomoda, porque nombra todo lo que no se nombra: hacerse la paja entre amigos en la adolescencia, insultar con “puto” sin saber todavía lo que significa, no saber qué hacer con lo que soy y con lo … Sigue leyendo