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LA IMPROVISACIÓN, EL MÉTODO – Idea y dirección: Eric Dinzel y Flavia Kohut – Por Lic. Mónica Peri

Mi objetividad se disuelve entre los recuerdos.
Estuve en aquellos laboratorios de improvisación en los tiempos de Cacho Dinzel. Sentí lo que estos ejercicios producen: intimidad, libertad, sensualidad.

Esos espacios, recreados en el escenario, hablaban sin palabras. Cada gesto, cada movimiento parecía dirigirse a cada espectador desde su propia mirada.

LOS CHICOS DINZEL SON BAILARINES DE EXCELENCIA, maestros acróbatas, cuerpos que vuelan, flotan, se encuentran.

La técnica, en general, a veces se traga el alma: los cuerpos se mueven como robots, sin otro sentido que el ritmo. Aquí, en cambio, los cuerpos son parlantes: se tocan, se miran, se entregan.

Se adentran en demostrar que SON TANGO, produciendo la música con sus pies, en tinieblas… Siempre lo infinito del Tango, las claudicaciones humanas, los balbuceos, las pasiones, los desencuentros.

El inconsciente asoma en las imágenes de corporeidad: contacto intenso, casi como una rebelión al status quo.

La fuerza de este grupo es imponente.
Hay que ver a los PIBES DINZELIANOS.

Aplausos para Eric, que homenajea a su padre, y para Flavia Kohut, que deja su impronta de sutileza.

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