
Samuel Beckett, autor de esta obra tan poderosa, difícil y compleja, fue uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX; esta pieza fue escrita originalmente en francés, se estrenó en Paris en 1957, a pesar de ser irlandés.
Esta versión, llevada a cabo por el Grupo Génesis y dirigida por Alberto Madin –a quienes ya hemos visto en otras obras de teatro clásico, como Las criadas y El avaro– se desarrolla en un escenario austero: una habitación con una silla, dos toneles y algún que otro elemento. Hamm, el excelente Alberto Madín, es el amo de Clov, un extraordinario Daniel Di Rubba. El primero, es ciego y está adherido a una silla de la que no puede levantarse; lo llama a Clov no ya por su nombre sino con un silbato. Le grita. “Clov, ¿es la hora del calmante? Clov, ¡mira por la ventana! Clov, ¡quiero comer!” Y Clov, que no puede dejar de caminar, que jamás se sienta, responde al sonido del silbato con el tintineo de los cascabeles que tiene como pulsera en su muñeca. Esta escena se repite incesantemente.

Los padres de Hamm, Nagg y Nell, muy bien interpretados por Rubén Otero y Lina Rodríguez, están cada uno de ellos en toneles rellenados con arena: hace años, tuvieron un accidente y perdieron sus piernas.
La vida discurre entre diálogos que se asemejan más a soliloquios que intentan convencer al otro de algo, de lo que sea, diálogos sin intención comunicativa, y siempre radial: del amo con sus padres y el amo con su sirviente, en un marco decadente.
La relación entre Hamm y Clov es de absoluta dependencia y el espacio es un reducto agobiante, que parece haber quedado aislado de un mundo que, como ellos, carece de salida y de sentido.
Entre un hueso que hace las veces de bizcocho, una rata que “hay que matar” porque si no se escapa, una ventana que no se sabe a qué se abre, Hamm cuenta el mismo relato siempre: el de un hombre que llega, pidiendo trigo y ayuda para su hijo, al que ha dejado solo en algún lugar para poder llegar hasta allí, con una pregunta: ¿puede hacerse cargo de mi hijo? ¿De quién habla Hamm? ¿Hay pregunta allí? Sí, hay metáforas sobre el sinsentido de la existencia, sobre la oscuridad y un supuesto poder que evidencia el estado de indefensión del ser humano.

Pero Beckett es Beckett, y el Grupo Génesis es el Grupo Génesis. Y quienes somos espectadores, allí estamos, para vibrar.
Excelente apuesta, no saldremos del mismo modo en que entramos a ver esta magnífica obra, en la que todo -iluminación, musicalización, puesta en escena, escenografía- acompaña.
¡Viva el teatro!

Ficha técnica:
Elenco:
Hamm: Alberto Madin.
Clov: Daniel Di Rubba
Nagg: Rubén Otero
Nell: Lina Rodríguez
Banda Sonora: Grupo Génesis.
Redes sociales: Micaela Ventoso
Realización de vestuario y ambientación: Alberto Madin. Ruben Otero.
Prensa: Alberto Feiguin
Asistencia de dirección: Micaela Ventoso
Dirección general: Alberto Madin
EL JUFRÉ TEATRO BAR
Jufré 444, Caba
Funciones: sábados 19.30 horas.
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