Por Sergio Leonardo Theaux
Un unipersonal con características de monólogo, pues el personaje le cuenta su relato al público, desde la composición, sus anécdotas, que hilan levemente una historia de amor. La pequeña historia pueblerina nos transporta, quizás a un pueblo de puerto de río, quizás a un pueblo de puerto de mar, pero seguro, lejano a quienes en la ciudad vivimos. Un hombre de pesca, un lugareño que vive en un puerto, de una inocencia y una sensibilidad estremecedora. Construido desde los rasgos psicológicos por Alejandro Schiappacasse, narrado con un léxico muy acertado, un texto que no tiene fisuras, con anécdotas simples de un día cotidiano de trabajo, así avanza la historia sin importantes sobresaltos. Lentamente, nos sumerge en el mundo de los pescadores, de forma simple, casi monótona como uno imagina ese lugar del pequeño puerto del que él nos habla.
Un hombre que logra en su soledad inundar el escenario de climas y relatos simples, pero cargados de vida, cargados de emociones que lánguidamente son importantes en esa simpleza. Luego, el título “Segunda princesa”, revela la importancia para quienes en aquel pueblo conocen a la mujer que un día, los catapulto a la fama con su belleza, y aunque no logró ser reina, para el pueblo y para este personaje, personifica el amor, pero el amor de los sueños, el amor que ilusiona casi un mundo distinto, el amor de casi una reina. Así, como una anécdota pueblerina más, surgen sus preguntas acerca del amor, y de a donde puede llegar él, por ese amor, en defensa de su sueño de amor.
Logrando atrapar, engendrando suspenso, en una trama que muestra las miserias, pero también la dignidad de quien frente a los actos de violencia costumbristas, se revela.
Excelente pieza para disfrutar y pensar.
Teatro del abasto