Diego Lerendegui, músico, compositor, violinista de Pugliese y director de la Orquesta de la Municipalidad de Avellaneda, además, psicólogo diplomado en UBA con orientación lacaniana, relata a EL INCONSCIENTE, su experiencia de haber colaborado como doble de manos en la película CHAU BUENOS AIRES del cineasta argentino Germán Kral, un director argentino radicado en Munich. La película cuenta con los actores: Diego Cremonesi y Marina Bellati. Diego interpreta a un zapatero que toca el bandoneón en una banda con sus amigos. Sus amigos son Manuel Vicente (violinista), Carlos Portaluppi (piano), Mario Alarcón (voz) y Rafael Spregelburd (contrabajo), quienes fueron coacheados por músicos de alto nivel durante un año para actuar en esta película. Con ustedes, Diario de la filmación escrito por Diego Lerendegui.
Me llamaron para trabajar de doble de manos de un violinista. Es una película musical de tango. Ojalá me seleccionen. Hay otros postulantes.
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Finalmente quedé. Llamaron de producción para darme las fechas de rodaje y acepté. Pagan por Sindicato de Músicos y no hay que entregar factura.
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Hoy fue mi primer día. Lluvioso. Filmar es poner el cuerpo todo el tiempo. Me hicieron esperar muchas horas. Por la incomodidad de la locación y las medidas sanitarias contra el Covid 19 estuve casi todo el tiempo solo. Cuando finalmente llegué al SET, sentí una inmensa felicidad al ver a los actores. Las luces, las cámaras, todo es magia pura.
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El equipo técnico está siempre concentrado. Tienen que cuidar que todo salga bien. Los actores son virtuosos. Dan siempre el tono exacto aunque están obligados a repetir lo mismo una y otra vez, toma tras toma. El arte nace de la repetición.
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Tuve que usar el mismo violín que usa el protagonista. No suena. En la escena de hoy no usó soporte por cuestiones de guión. Me llamaron para actuar de alguien que sabe tocar el violín, no para hacerlo sonar. Mi actuación fue muy breve. Me pagan por esperar.
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Esperamos, a veces solos, a veces con los actores o con los sanitaristas después de hacernos el hisopado. Esperamos y comemos, siempre hay comida. Un tráiler nos provee de agua, café, jugo, budín, torta, galletas y frutas, todo el tiempo. Comí bifes a la cebolla con salsa. Recordé a mi abuela que siempre cocinaba este plato
Hoy tuve que esperar un montón, rozó el límite de mi paciencia. No lo digo por la cantidad de horas, sino por la falta de certezas. No filmé, la espera fue en vano. El Principio de incertidumbre de Heisenberg. Ahora sé que también pueden pagarme por no hacer nada. La NO ACCIÓN (el “wu wei” de Lao Tsé)
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Anoche vi varias películas de violinistas. Tenía curiosidad de ver cómo puede llegar a quedar el montaje final. El cine es capaz de crear una realidad alternativa. Soy parte de la industria.
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Se suponía que hoy era mi último día de filmación, pero terminó siendo el penúltimo. No pudimos filmar por falta de tiempo. No se terminan nunca las películas. A los dobles de cuerpo de piano y violín nos citaron para mañana. El Espacio Tiempo de Einstein. El tiempo se expande a medida que avanza la filmación.
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Hoy terminé de filmar. Me siento aliviado. Esta tarde, al llegar a la locación, casi no tuve que esperar, fue trato preferencial. Hicimos una gran toma, lo presiento. Me despedí de los que pude. Chau cine.
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Me desplomo en la cama, pronto voy a quedar dormido. Tal vez sueñe con un oso hibernando. Pienso en el director de la película ¿Dormirá bien? Creo que los directores de cine no duermen durante los rodajes.