
En teatro Picadero, ubicado en el pintoresco pasaje Discépolo, tuve ocasión de presenciar una función de Esto es tan sólo la mitad de todo aquello que me contaste, una obra de teatro genuina y excelentemente montada por el director Gastón Cocchiarale y su equipo.
Apenas comienza la obra el conflicto está servido, o uno de ellos, ya que la obra es un constante in crescendo de conflicto y tensiones. Un numeroso elenco dividido en dos representan las dos familias iniciadas por un hombre a quien velan en su casa. La familia de Buenos Aires, que vivió su presencia hasta el último momento, hijos e hijas. Y la familia de San Juan, abandonada al partir este hombre a Buenos Aires. Es fascinante observar la dinámica y el ritmo con que las actrices y actores que representan cada núcleo parecen danzar sus acciones y cantar sus líneas relacionándose con naturalidad y ritmo para transportarnos a diferentes climas emocionales llegando a álgidos picos de tensión, y abriendo por momentos, pequeños paréntesis donde la comedia cambia su tono, para volver a sumirnos en la profundidad de los temas tratados.
La trama nos lleva de lo pequeño a lo grande, introduciendo conflictos familiares arquetípicos y terminando por exponer heridas abiertas y latentes de la historia argentina de un modo progresivo a través del desarrollo de los personajes y de la historia del difunto.

La escenografía es realmente un recorte de otra realidad, con detalles contundentes y una solidez estética que danza con la cuidada iluminación, sumergiéndonos de lleno en la ilusión de estar contemplando una ventana a un mundo donde dos familias están en diferentes habitaciones de una casona asistiendo al funeral de aquel que los une.
En resumen los viernes a las 20 hs en el hermoso teatro El Picadero podemos asistir a una experiencia de teatro realmente gratificante para quienes busquen una obra profunda y comprometida interpretada por un elenco que es en sí mismo prueba del camino recorrido por cada unx de sus integrantes en el mundo del teatro.
Una obra que tiene lugar para la risa, para las lágrimas y la reflexión sobre el humano y los alcances de la repercusión de una vida en la de sus vínculos, de sus familiares y su sociedad toda. Nuestra historia será renglones en una más grande.