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LAS CRIADAS DE JEAN GENET – CON ENTREVISTA ORAL AL DIRECTOR ALBERTO MADIN – Por Lic. Manuel Larrabure

“Jean Genet fue un novelista, dramaturgo y poeta francés, cuya obra expresa una profunda rebelión contra la sociedad y sus costumbres.” Esta cita está tomada de Wikipedia, sí, tiren contra mí. Lo que quiero remarcar es que el arte de primera mitad está signado por este espíritu. Era el tiempo de las ideologías, de los grandes proyectos utópicos, de la lucha de clases y la búsqueda de un nuevo lenguaje. ¿Es cierto que todo esto ha muerto? Mi creencia es que no. Sólo suele adormecerse detrás de un humo espeso.

Nuestro autor no la tuvo fácil, no es un poeta que creció entre algodones sino entre las espinas. Abandonado, surgido del orfanato y el reformatorio, en su juventud se volvió ladrón y gigoló y terminó en la cárcel. A pedido de Coucteau, Sartre y Picasso fue indultado directamente por el presidente francés y nunca más volvió a la cárcel, luego de entrar y salir innumerables veces. ¿Habrá sanado su nombre esa legitimación? 

Podríamos dedicar este artículo a la biografía de Genet, pero no vinimos a eso. Lo que nos importa aquí: el tema del poder en el teatro nacional. Es, como he notado a lo largo de este año, un tema omnipresente en el teatro y en el arte. Al menos, en la primera mitad del siglo XX, existían grandes movimientos de artistas que se rebelaron contra las convenciones, contra la sociedad, contra el sentido del gusto burgués. Este mecanismo fue llamado por Peter Burger como el efecto de Shock, el atentado de las vanguardias contra la Institución Arte. Los escándalos no eran menores, es una más que interesante historia para visitar: la de la recepción de los públicos en las expos vanguardistas o la mítica “fuente” de Duchamp como emblema de este gesto. Esta historia termina tristemente, como casi todo (y espero que no todo sea así) incorporado, deglutido, y vaciado de su espíritu original. Las vanguardias fracasan porque triunfan al incorporarse a la institución arte. Incluso esta obra estrenada en 1947 tuvo un gran rechazo del público para que dos años después se reivindique entre las grandes dramaturgias del siglo pasado.

La relectura de las criadas de Genet no es la única en cartel. Hay dos actualmente. Y ha habido muchas más. El tema: la lucha de clases. Dos criadas que juegan en un teatro dentro del teatro a parodiar, en una sátira que podemos relacionar a los mecanismos de Tato Pavlovsky en el sentido de la crueldad con la que se ejerce. La violencia corporal, las miradas, el lenguaje, el narcisismo del poder, la bruja malvada mirándose en el espejo. Así, en esta parodia cargada del odio del esclavo contra el amo, un odio natural (que reivindico), surge el mito. Y no hay mito sin sangre, sino, preguntemos a Shakespeare. La trama del poder es la trama de la sangre. El plan del esclavo: matar al amo. El plan utópico del esclavo ulterior: romper sus cadenas, establecer un mundo justo. Pero en esta trama, el mero plan no es utópico, es práctico, concreto y sin salida posible. El acto puro del deseo de venganza. La sangre clama más sangre, como bien saben las Furias (Erinias) que tuvieron que ser domadas por Atenea para que los griegos entren en una era donde el derecho público y el estado se haga cargo del castigo y se abandone la reivindicación por mano propia. (Mito de Electra y Orestes en Eurípides por la venganza contra Clitemnestra).

Pero quiero pensar un poco más allá en este asunto, de manera englobadora. ¿Por qué es la temática omnipresente en la Argentina? ¿Cómo se relaciona la historia de la última dictadura militar con este tema? ¿Se superan los temas en la Historia? ¿O este es el modo de elaborarlos? ¿Cómo salir del Boca-River en un tema tan caro a nuestro presente? ¿Es el eco del feminismo? ¿Es el fantasma del genocidio originario? La historia de la argentina hecha por la maestra de delantal blanco traída del norte se desmorona. Nuestra historia está llena de fusiles, de cruces y de sangre. Matar al indio, perseguir al gaucho, fusilar al anarquista, desaparecer al subversivo. Pero lo reprimido retorna siempre bajo nuevas formas. “La rabia no muere matando al perro”.

Empiezo a entender que lo trágico de la última dictadura militar es el tema más importante de la política nacional. Es por eso que retorna una y otra vez. Y digo político, y no político económico, pero cabría pensar la diferencia ya citada hasta el hartazgo de empezar a elaborar una clara diferencia entre autoridad y autoritarismo. Y entre el derecho a reclamar y la represión violenta. Temo que los tiempos que se avecinen no sean más que el círculo de la historia, que vengamos a repetir la historia (con tintes digitales). 

A levantarse temprano ¿dormiste bien? A la noche los precios suben. ¿Cómo vamos a reclamar esto sin el temor del garrotazo? ¿Sin la soberbia del que puede, del que se salva, del privilegiado que no ve su vulnerabilidad en el espejo?

¿Habrá mejor forma que el teatro? Lugar del cuerpo, de la catarsis. Territorio de la lucha de clases: ¿Es el arte un ejercicio solipsista (o un balbuceo como dijo Deleuze) o en realidad estamos construyendo (aún a la manera de la hormiga) una toma de conciencia más profunda? ¿En qué medida podemos hacerle frente al poder real a través del arte? ¿Cómo se logra que la clase social vuelva a identificarse consigo misma? 

No se deja de temblar ante el horizonte de lo venidero en materia económica, pero se siente al mismo tiempo que si bien no podemos depositar nuestra fé en esta homeopatía, tampoco podemos abandonarla porque acallaríamos un espacio para otras voces que no resuenan en los altoparlantes. Voces, que, como luciérnagas, centellean en la oscuridad y escapan ante la potencia de los reflectores hacia su refugio: ¿La intimidad del convivio?

Es el tema de debate en el ámbito artístico de los años 60: ¿El artista tiene que volverse militante? ¿Tiene que avocarse por la vida en lugar de por el arte? ¿Tiene sentido la fusión entre el arte y la vida en este contexto?

Luego de escribir esta nota, tuvimos una entrevista con Alberto Madin que aquí les compartimos. ¡¡Esperamos que les guste!!

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Adaptación de Alberto Madin de la obra de Jean Genet en la que
Actúan Ariel Arroyo, Alberto Carlino, Daniel Di Rubba.
Escena y vestuario: Alberto Madin
Musicalización: Andy Buonfrate
Dirección general: Alberto Madin

@manula.ok

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