
«Parteaguas» es una obra que sorprende. Los personajes se desdoblan a sí mismos, se quiebran, tras un año en que los dos hermanos no se vieron: la ausencia de la madre se hace presente. Y la casa se torna un personaje más, con vida propia, quiebres, movimientos, que afecta a todos: personajes y espectadores. Lo mágico irrumpe, los insectos afloran, la casa se despega del piso y lo toma todo. La realidad se tuerce.
Los espectadores pueden sentarse de frente al escenario o en los costados, casi dentro de la escena, dando la posibilidad de vivir una experiencia inmersiva. El relato se constituye con los puntos de vista de cada personaje, con un toque especial de humor, y crea un mundo que de a poco se quiebra hasta las lágrimas. Hay una escena que se repite hasta que la actriz se vuelve loca, la casa con sus sonidos y luces mueve a los personajes, se rompe la linealidad de la narrativa clásica y la espacialidad esperable. Tan solo unos pocos bancos crean distintos escenarios en la mente del espectador.

Las narraciones a público, de una poética tierna, se intercalan con las interacciones entre los personajes y hacen de la obra una narrativa compleja y actual con múltiples elementos, muchos inesperados. Con actuaciones que no necesitan más que sus cuerpos en escena, los personajes se encuentran, en ese pasaje a la adultez. Están, justamente, en un “Parteaguas: un momento previo a otro que traerá algo distinto”.
Una obra conmovedora y onírica sobre los vínculos, en la que lo ordinario se torna extraordinario.
Domingos 17:30hs en NÜN Teatro Bar (Juan Ramirez de Velasco 419).
