Por Julián Infante
Voy a arrancar estas pocas palabras diciéndote que vas a reír hasta llorar y que vas a llorar hasta reír de emoción.
Una obra única, bien situada en la escena política de la época, destacando siempre nuestra identidad cultural nacional.
Esta excelentísima obra nos cuenta un poco de la vida y la relación de atracción amorosa total entre el poeta argentino Homero Manzi ( composición excelsa de Jorge Suárez) y Nelly Omar ( la gigantesca actriz, Julia Calvo).
En ella podemos apreciar la gesta del nacimiento de Tangos mágicos como «No habrá ninguna», «Sur», «Fruta amarga», «Viejo ciego», «Barrio de Tango», «De barro»…Y me faltarían hojas para hacer la lista de sus obras maestras.
Las idas y vueltas de esta atrapante trama, se desarrollan entre Tangos cantados en vivo por sus protagonistas y la aparición, y mención de artistas de primera línea como Néstor Caniglia, actor que interpreta tres papeles diferentes: Pichuco, Cátulo Castillo y a Santoro y lo juega con una maestría impresionante.
Esta historia, nos habla de historia y de historias. Nos habla de la historia argentina y de historias de amor, temple, romance y Tango.
Con un despliegue sonoro-musical increíble a cargo del Maestro Diego Ávila, es una obra que merece ser aplaudida de pié y ovacionada por el total del contingente continental mundial.
Sobre Av. Corrientes… A la salida del Tabaris
Tuve el placer de saborear de un delicioso tiempo compartido con sus protagonistas. En una pequeña nota con Jorge Suárez y Julia Calvo, pude gozar de sus cálidas palabras y un abrazo hermoso con cada uno de ellos. Julia se mostró abierta a dialogar y con un cansancio colmado de energía; nos expresó la alegría de poder sentir que cada vez que subía al escenario, recreaba otra obra, cantaba de otra manera ya que el estímulo del público jugaba un rol importante. Por eso es una obra que podemos ver más de una vez, y disfrutarla poniendo el acento en el canto, o en la actuación, o en la historia y los diferentes mensajes que transita la política argentina con su polaridades de antaño.
Al charlar con Jorge Suárez sobre una de sus escenas en particular (la cual acarició una fibra íntima de mis sentimientos) me contó que en esa escena no sólo estaba actuando; sino que también él, se sentía tocado por sus propias vivencias; pero ese comentario espontáneo de ese instante, quedará escrito solamente en las hojas de los libros de mis memorias mentales.
Pensamiento propio, interno…personal
Homero:
Mientras vos mirabas al Sur
pensando que no habrá ninguna igual,
yo me meto en tu piel
y parece que fuimos una fruta amarga
y que al igual que un viejo ciego,
no pudimos ver que todo era de barro.
Te sentí parte de mi propia vida,
te hice parte de mi propia historia,
te grité: Che! bandoneón!
pená conmigo
y con este licor que embriaga fuerte
y no perdona una pena incisiva.
Querido fuelle, ¡abrazame con tu son!
¡Qué maravilla!
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