La fragilidad del cielo
Dirección: Anahí Ribeiro
Cuando hablamos de una artista emergente, nos tenemos que detener en algo fundamental: la magia y la luz que irradian estos seres como Heidi Fauth. Ella es realmente bella por donde se mire. Su calidad actoral es impresionante y lo que más me sorprendió es su versatilidad. Actriz, cantante, guionista y maquilladora profesional, un combo perfecto para destacarse.
Un domingo intensamente frío en Buenos Aires, eran ya la ocho menos cinco de la noche, me apuré en llegar a la boletería del teatro Del Pueblo, ubicado en Av. Roque Sáenz Peña 943. Busqué mi entrada y me preparé para ver “La fragilidad del cielo” obra dirigida por Anahí Ribeiro, con las actuaciones de Heidi Fauth, Silvina Katz y Daniel Begino.
“La fragilidad del cielo” es una obra que todo el mundo tendría que verla y, para el que quiera aprender de teatro, actuar o dirigir, sería una cita obligada. Las actuaciones son grandiosas y la intensidad emocional de la interpretación actoral es brillante. Cuando escuchas la típica frase “hay actores que no son muy conocidos que son muy buenos”, eso les aseguro que existe, y la prueba es: “La fragilidad del Cielo” No es casualidad que en el teatro Del Pueblo haya obras teatrales de primer nivel. Esta es una de ellas, tanto como la obra del magnífico Mauricio Kartun: “Terrenal”. Súper recomendadas ambas.
Odell (Silvina Katz) es la hermana de Bruno (Daniel Begino) quien se está quedando ciego. Ambos hermanos conviven en el mismo techo. Una noche, Odell le lleva a Ilse, una nueva asistente, para que lo ayude con la escritura y para ordenar su habitación. Bruno estaba dejado y muy deprimido por su ceguera. Pero esa noche las cosas cambiarían al conocer a Ilse. Una historia de amor, reproches y muerte…
La obra terminó y me siento en la butaca a esperar a Heidi Fauth. Recordando fragmentos de la obra me sorprende Heidi:
Hola Heidi, gracias por recibirme… Heidi Fauth, ¿De donde viene tu nombre?
Es un nombre alemán, mi padre es alemán, nació en Berlín. Cuando termino la Segunda Guerra Mundial, pudieron irse y emigraron a la Argentina. Nací en Argentina, somos una familia chica, no nos quedaron muchos parientes en Alemania, pero hemos ido a visitarlos. Mi padre llegó en barco al Uruguay y se vino para Buenos Aires donde conoció a mi madre. Yo soy la más chica de 4 hermanos.
-¿Seguís ligada a tus raíces? ¿Dónde estudiaste?
Si, siempre, con el tiempo aprecié más el alemán, es un idioma muy difícil y cuando era niña me costó bastante, me ayudó estudiar en la Goethe Schule, una escuela alemana. El canto también me complementó para no perder el idioma y poder ejercitarlo continuamente. Es un idioma hermoso.
-¿Qué haces además de dedicarte a la actuación?
Soy cantante, guionista de cine y maquilladora profesional. Doy clases de canto. Escribí largometrajes, cortometrajes, series para tele para concursos.
-¿Crees que esta formación y quien sos ahora proviene de tu Inconsciente?
Total y absolutamente (se rié, mirando a lo lejos a la asistente de producción) El otro día me hice una carta astral con la tía de nuestra asistente, que es una genia, fue impresionante, porque ya desde la carta astral todo lo que me iba comentando tenía mucho que ver con las emociones, la expresividad… Además, todo esto lo viví desde chiquita, yo nací y mi mamá empezó a estudiar teatro. Hizo diez años teatro y yo mamé toda su experiencia prácticamente. Sus muestras, sus obras, trabajó en el Teatro Cervantes y en la Manzana de las Luces. Me fasciné con toda esa magia y lo primero que quise hacer en mi vida fue actuar, ser cantante y escribir. Gracias a Dios, hago lo que amo (se le iluminan los ojos).
-No reprimiste el deseo…
No para nada, pero igual me costó, empecé como cinco carreras hasta que di con la de guión y maquillaje. La insistencia de mi familia me pesaba. Le daba mucho miedo que yo fuera actriz, pensá que mi padre es médico y mi familia se dedica a la salud. Yo era una revolución, no había forma de persuadirme…
-¿Cómo creas los personajes que interpretas?
Voy armándolos en una búsqueda constante, trato de ver lo que más me identifica, encontrar en el personaje lo que tengo de familiar y entonces encontrar las diferencias, las características o el tipo de reacciones. En este caso en la “Fragilidad del cielo” fue un trabajo muy intenso, pero muy productivo, porque nuestra directora Anahí Ribeiro es una genia, te lleva con mucho amor y con un detalle increíble. Somos un equipo increíble, mis compañeros son muy generosos y nos conectamos muy bien, siempre podes seguir creciendo, esa es mi búsqueda. El personaje tiene tanto que ver conmigo, me siento súper identificada. Como te decía, vengo de una familia conservadora donde no se manifiestan mucho las cosas de uno. Pero este personaje que por dentro le pasan un millón de cosas, pero por fuera tiene que hacer fuerza para sostener, para no caer, eso está vivo dentro mío.
-¿Haces terapia?
Hice hace un tiempo, me vino muy bien. Ahora no estoy haciendo
¿La pudiste implementar en tu carrera?
Totalmente. Cuánto más pueda buscar en mi interior, más voy a poder evolucionar. Sin rollos, con más libertad. Un intérprete necesita ser un canal para que todas esas emociones que uno tiene, puedan fluir y pasarle al público esa experiencia.
-Ernesto Sábato decía: “Qué no se psicoanalizaba porque él prefería avocarse al arte y contenerse desde ese lugar”, ¿A vos te pasa lo mismo?
Si, es una catarsis, sana el alma. Yo cuando estoy mal, canto y me siento bien.
-Los actores para interpretar un personaje tienen su propio “librito”. Se compenetran tanto que después es difícil dejarlos ir. ¿Te pasa en la vida cotidiana que alguno de estos personajes se te aparezca y adviertas que estás siendo el personaje?
(Se ríe) Si pasa… sobre todo cuando el personaje es parecido a vos. Hace un par de años hice una comedia negra musical y el personaje que interpretaba era malísimo, era la peor. Era mi personaje con el personaje de su hermana menor, que la amaba y la idolatraba. Mi personaje despreciaba a su hermana menor. Y yo me encontraba en la vida real teniendo este tipo de respuestas malignas, pero era re divertido. Se me pegaba con esa vibra de humor. Los personajes se te quedan un tiempo, igual nada que no te permita vivir, te dejan las sensaciones en el cuerpo. Seguís encontrándole cosas, están adentro tuyo, uno sigue trabajándolo.
-Hay muchos actores que se deprimen cuando terminan un proyecto y tienen que dejar ir a su personaje…
Si, te deprimís. Son etapas que terminan. En teatro por ejemplo son proyectos largos donde se forma una familia, compartís muchas cosas, hay mucha conexión. Es muy difícil terminar, pero siempre empieza otra cosa y hay que regenerarse. Es muy lindo también.
-Si tendrías que tomar una decisión, ¿Estarías dispuesta a elegir entre la música o la actuación?
Uno tiene que ir buscando su deseo y este se va dando. La actuación y la música van de la mano, no me inclino por ninguna de las dos, pienso que sea lo que tenga que ser. Mientras tanto sigo trabajando por mi deseo.
-Las carreras mutan y vos tenes abiertos varios frentes, ¿Pensás que algún día podes saltar a la fama?
La busco, la deseo, porque es como una herramienta para lo que yo hago se pueda dar a conocer y lo deseo en ese sentido, no para que me reconozcan en la calle.
–Tenés más de quince películas y cortometrajes filmados, dos obras de teatro en cartel, ¿Cuales son tus objetivos?
Seguir conociendo gente para tener más oportunidades, para poder hacer más personajes, sobre todo apuntarle al cine, a los unitarios, desarrollarme más en lo audiovisual. Seguir con el teatro, porque lo amo y es único.
-¿Cómo te ves dentro de cinco años?
Laburando a pleno como siempre, cantando más…
-Gracias Heidi.
De nada, gracias por venir a ver la obra.