Ya nadie nota tu dolor
Dirección de Andrés Binetti y Catalina Teuly
Por Guada Aguirre
Obra dedicada a profundizar sobre el dolor en la que cada personaje despliega su historia y sus interrogantes acerca de quienes son, lo que quieren esperan de la vida y de los otros. En alguna medida, me pude identificar con cada uno de los personajes. Una chica que se siente gorda a la que no invitan a ningún lado, busca llenar su vacío ingiriendo comida y como ella cree que se acepta como es, siente lástima por aquel que no logra esta aceptación. Sin embargo, se deja entrever la duda: ¿ella se acepta así como verdaderamente es o en realidad, es eso lo que intenta demostrar?
Una bailarina de cumbia que consigue bailar en el lugar que siempre deseó hacerlo y logra ser aclamada por el público, pero cada vez se exige más. Nadie advierte que comienza a sufrir un problema físico y no puede seguir realizando sus sueños. Un pibe que ve porno, sólo se dedica a eso, el actor frustrado quiere vivir en una película.
La bailarina de prostíbulo que quiere ser maestra jardinera y se imagina vivir otra vida. El patovica que sólo trabaja para eso y deja una vida detrás.
Y el último personaje, el chico que vive su vida a través de una red social. Vive para mostrarse pero no se sabe qué siente y cuál es su verdad. Las personas que lo siguen, sólo lo hacen porque gustan de sus tristes publicaciones.
Esta obra me conduce a una reflexión: solemos olvidamos de los lindos momentos y poder disfrutar. A veces nos encerramos en el dolor, otras veces nos escapamos o nos aguantamos llorar, por momentos, actuamos. Y el cuerpo va más allá, más rápido de lo que debe y se desvirtúa el mensaje.
Uno de los momentos más importantes de la obra, es el de intimidad, pero me pregunto si se trata de la intimidad o de la intimidación. ¿Mirar al otro o mirarse a uno mismo? Miedo de reflejarse en los ojos del otro o más bien, de mirarse, aceptarse y sentir.Me interrogo acerca de mi sentimiento cada vez que me encuentro conmigo, y me respondo: siento amor por mí y cada día siento menos miedo. El miedo lo generamos nosotros y tenemos el mismo poder para enfrentarlo, y mitigarlo.