Ya el ingreso a este teatro es una invitación al encuentro con algo íntimo, ligado a los aromas. Ya el aroma de la sala, avainillado, con clavo de olor,  comienza a embriagar de emoción y nos lleva a darnos cuenta que tal vez, hay algo por descubrir.

En la Cajita de Jaspe, la protagonista es Elena Klimkel – maravillosamente interpretada por la actriz Susana Di Gerónimo – es detenida en una tienda por robar un perfume.  Y a partir de allí, Elena, no sin cierto sentido del humor entreverado con la angustia, va y viene con su historia, la de ella, su marido, sus hijos, Polonia, la madre, el padre, la guerra, el olor a chancho que no se puede sacar de encima y una misteriosa cajita de Jaspe.

Elena recuerda y nos transporta a tiempos y  lugares que se irán resignificando a medida que los relata y los comparte con los espectadores.

La Cajita de Jaspe -Jaspe, además de ser un nombre de varón, es una piedra  muy apreciada por su veteado y se utiliza en joyería-  encierra la memoria en todos sus sentidos: las imágenes visuales, los sonidos, los olores, los nombres que, Susana Di Gerónimo,  bajo la piel de Elena o Sheine Lewy, nos transmite con una potencia tal que se nos impregna, nos hace llorar y nos dan ganas de ir abrazarla.

La puesta en escena es austera e impecable, apropiada para el relato de esta mujer que bien podría una madre, abuela o bisabuela nuestra, que no sólo resiste, sino que celebra la vida.

El aplauso final es cerrado y emocionado, y salimos del teatro con el perfume de Elena.

Funciones: Teatro Tadrón – Niceto Vega 4802 – domingos 19.30 h