Como el viento que sopla y no se deja ver, el tiempo, un susurro que trasciende el sol, una gota, la lluvia que el mar devoró, el beso de Dios que me empujó al nacer. Clásico y banal, seco y decimal, como la falsa amnesia de los peces, que ríen en burbujas para no llorar. … Sigue leyendo