¿TENÍAS FRÍO? Dirección: Laura Yusem – Por Lic. Mariana Wassner

Un teatro pequeño, con olor a humedad, con aroma a paredes en donde hizo frío. Hojas secas. Pilas de libros atados, seguro para quemar.

Y la pregunta por el frío de estos cinco personajes, hermana, hermano, desaparecidos, ciudadanos, golpea en lo más profundo del ser y se clava como un puñal.

Saber si alguien tuvo frío va a lo más hondo de lo que implica la ausencia de cobijo y el horror de un pasado que necesita hacerse presente siempre. Aquí, Daniel Braguinsky hace referencia a su encierro durante la Dictadura y habla como desaparecido. Recordé La Revolución es un sueño eterno, de Andrés Rivera, que relata el último viaje de Mariano Moreno y sus sueños de un futuro mejor para todos. El personaje, mientras camina entre libros viejos, mientras se sienta en una silla y conversa con una hermana que lo recuerda, trae a los héroes, a los que marcaron la Revolución de Mayo: Pasó, Belgrano, Castelli, Moreno.

Excelente desde todo punto de vista, con puesta y dirección impecables, las actuaciones de Silvia Ataefe, Daniel Braguinsky, Mariana Ceballos. Ana Rodríguez Arana, y Guillermo Rodriguez Riedel, caminando frente a nosotros los espectadores, a veces en círculos, otras, como a la deriva, nos ubican en un lugar del que no podemos sustraernos porque insiste: la Memoria. La Memoria persiste, nos hace vivos, construye encuentros.

Recordar significa “pasar por el corazón”, y en esta pieza el recuerdo se hace cuerpo.

Preguntar por el frío del otro, del Otro que no está es traer la historia, la nuestra, es sostener la Memoria como valor inherente a nuestra sociedad en su conjunto, porque la Memoria, así, con mayúsculas, es la que marca la diferencia respecto de los espacios personales , siempre políticos, desde donde recorremos el mundo.

¿Tenés memoria? ¿Qué recordás? ¿Tuviste que quemar libros? ¿Tenías frío?

Son preguntas que ponen a prueba cómo la tragedia de un país también hace posible la metáfora. En un mundo del “todo ya”, entonces, la Memoria, la Poesía, son revolucionarias.