Por: Cathy Harrysson
El aeropuerto de Palma de Mallorca parece el aeropuerto de una gran ciudad europea. Y sin embargo es una isla. La más grande de las Baleares, pero una isla.
Es cierto que debido al precio del petróleo, viajar en avión significa casi el mismo precio del autobús, por lo que la dinámica clase media europea viaja a precios low cost todo el año.
Cuesta creerlo para un latinoamericano o un norteamericano, moverse en avión, y de forma frecuente, y que sea accesible a casi todos. El europeo goza de vacaciones en muchos momentos del año, y muchos días libres por año. Solo en Francia hay 4 cortes escolares de 15 días cada uno, además de las vacaciones de verano. Hace largo tiempo que el europeo viaja y con poco dinero.
Pero más allá de esto, hay otra realidad. La mayoría de esta clase europea productiva que recibe poco el impacto de la crisis, es hiperactiva y vive en ciudades sin mar ni sol. La vida les transcurre en blanco y negro. Y Mallorca ofrece 7 meses de evasión solar todo el año.
Nosotros también llegamos desde una ciudad sin mar ni montañas, ni color.
La primera impresión al salir del aeropuerto son las enormes palmeras, a lo Cubano. El aeropuerto de Palma es desmesurado, tiene exteriores de hotel. Todas las nacionalidades se reúnen en esta plataforma. Aldea global.
El paisaje natural es salvaje pero también ha sido dispuesto prolijamente por el hombre.
En Mallorca hay belleza, y mucha, los amigos de la belleza lo saben.
La carretera hacia Puerto Pollença es magnífica, sublime por las variaciones paisajísticas. Un viaje en sí mismo.
Manejar de Palma a Puerto es travesar la isla en línea perpendicular, 55Km de verde, las colinas que se convierten en montañas. Por el km 40, cuando se creía haber visto mucho, ya la Sierra Tramuntana inunda todas las ventanas del automóvil, como si fuese una aparición.
Llegamos a Puerto Pollença. Paseo Londres, Avenida Paris. Son algunos de nombres de las calles de esta aldea global.
Los habitantes de este pequeño pueblo costero de tradición náutica son unas 4000 personas, la mayoría habla un mallorquín afrancesado.
El pueblo esta lleno de andaluces « inmigrantes » que trabajan y viven todo el año. « Aquí hace mas bueno que en Sevilla », me comenta uno.
La isla es muy celosa de conservar vivo el mallorquín. Las escuelas públicas lo han hecho obligatorio desde la primaria, como el catalán. Una contradicción, ya que a diferencia de otros puntos de España, se puede escuchar la radio en alemán, producida por algún jubilado germánico desde la isla, también el holandés y sueco, y en muchas ocasiones, se dirigirán a usted directamente en inglés.
Eso sí, y eso lo dirá cualquier viajero que haya visitado la isla: el español que la habita trabaja duro y desea trabajar. Hay voluntad e intención en el trabajo.
Hay amabilidad y sencillez, y el cliente es rey. Están dispuestos a hablar idiomas y a abrirse a la globalidad de esta Europa hiperactiva y han comprendido que no hay crisis si hay turismo. Y viven bien del turismo. Las Islas Baleares llevan varios años reciclando los turistas que ya no desean ir a Túnez o Egipto. Los hoteles se encuentran completos casi todo el año, y el fenómeno Airbnb, hace que las demandas sean casi desmesuradas. Los argentinos lo han comprendido, hay al menos uno trabajando en cada bar del Puerto. No solo es un destino turístico, además es un destino en cuanto a lo laboral, porque en Mallorca no hay crisis.
El turista low cost se quedará en Magaluff o en Playa de Palma, quizás Santa Ponsa, eso sí, cerca del aeropuerto. Querrá sol y alcohol, y se enterará muy poco de donde está…
El turista que sube hasta Puerto Pollença se convierte en viajero, y esto es obligatorio. Primero, tiene que esperar al menos una hora suplementaria para ver el mar desde que aterriza, esto habla de él.
El viajero que sube a Puerto Pollença quiere hacer turismo de pueblos de montaña, ha escuchado hablar de la playa de pinos del Hotel Formentor, del Faro y de las Calas de San Vicent. Quiere hacer rutas ciclísticas o conocer la playa natural más grande de Europa, Puerto de Alcudia, a 8 Km; o bien, es argentino y escuchó de esos atardeceres de la famosa canción de Sandra Mianovich.
El viajero que llega al norte de la isla descubrirá la fantástica ciudad de Pollença, a escasos 7 Km del Puerto, ciudad habitada todo el año por el “señorito mallorquín”, heredero de un gentilicio del que es celoso. Pollença Pueblo tiene todo para una escapada de boutiques y restaurantes gastronómicos. Sus escaleras infinitas de “El Calvario” son un paseo obligado para los espíritus inquietos y las familias con niños.
Hay que saber donde está mi aldea global y querer vivir más lentamente, sin estrés.
No es el mar, es la Tramuntana.
La Sierra Tramuntana corta el paisaje a tijera y lo hace doloroso. El Mar Mediterráneo parece resignado a que ella produzca las emociones fuertes.
La Sierra, Patrimonio Natural de la Humanidad UNESCO, se extiende bordeando Puerto Pollença entera, abrazándola. Sierra de picos, curvas imposibles y relieves que por momentos me transportan a mi voluptuosa Caracas (mi tierra de nacimiento). Los franceses dirán que se parece Córcega, estoy de acuerdo, y también a Sicilia.
Subir en coche hasta el Faro de Formentor lo dejara sin voz, y puede que sea la experiencia mas mística que usted haya tenido en años. Es la emoción del Mediterráneo, me decía un amigo.
Si, tengo que admitir que la presencia de la Sierra cambio todo para mi. Ahora la busco en mis noches de ciudad sin mar ni montaña y la encuentro como una promesa de bienestar. ¿O ella me encuentra a mí?
Quizás podamos compartir este anhelo de belleza y coherencia, amigo invisible, si es que usted viaja al norte de la isla y, como yo, se atreve a enamorarse.
Verdaderamente luego de leer la detallada nota sobre Puerto Pollensa, da ganas de ir y conocer este lugar del mundo !!!
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Ya fui, la conocí y me enamore…!!! Tal cual como nos dice Cathy en esta nota. Mallorca es toda muy bella y Puerto Pollensa se las trae de verdad !!!…..
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Nos alegra Mirta que te haya gustado la nota de Cathy ya que las personas que conocen Palma y Pollensa quedan fascinadas por tanta belleza. Gracias por tus comentarios que nos alientan a seguir adelante!
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