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AL DIVÁN RAFAEL AMARGO – Por Dra. Raquel Tesone

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Fotos: Silvia Barrio

Rafael Amargo, célebre bailaor de flamenco de nivel internacional y lanzando recientemente su propia marca indumentaria,  viene a Buenos Aires (donde es amado) con el estreno en el teatro General San Martín de pieza teatral “Piedras Preciosas” de gran éxito en España Rafael aceptó ir Al Diván en exclusiva para EL INCONSCIENTE y se encontró con una importante revelación durante el transcurso de esta  indagación personal. Esto resulta así ya que Rafael es un ser muy especial y porque pudo abrirse a su Inconsciente.

¿Por qué consultas?

Porque creo que cuando se rompe el bloqueo y sale algo de adentro, ya te estás limpiando de algo y al sacar eso de ti, es una manera de romper el sufrimiento.  Estoy trabajando con niños autistas y la pena que más me da, es cómo pueden quedarse con todo eso dentro. Uno empieza a entender que hay muchas maneras de sacar los sentimientos, no solo la palabra, sino el teatro físico, el cuerpo; y muchas veces, no hablan porque son tan inteligentes que no les interesa el tema.  Trabajo con el Colegio Opendoor que está en Pontevedra, en Galicia, y me encanta ese trabajo. Es uno de los mejores colegios de enseñanza libre sin barreras. Se trata al niño por igual, ya sea un niño con daño cerebral, autista o con síndrome down o una patología normal, aunque esa palabra no es la adecuada en estos casos. Por eso consulto contigo porque creo que es bueno sacar lo que uno siente por la palabra.

¿Y consultaste en algún momento?

No, no hay una cultura del diván. Aquí si, es un cliché que el argentino todo lo consulta. A mi eso me hace mucha gracia, porque es algo que los caracteriza, es muy argentina el psicoanálisis, y como me estoy por venir para acá ya me tengo que ir acostumbrando (risas). Mi ilusión y mi sueño, es cuando arranca el otoño, me gustaría hacer ficción tanto en teatro y en televisión. Estoy preparando traer la obra de teatro sobre Jacques Coucteau que está hace un año en España, Andrea Chacón la dirigió en Marbella. Para mi el sabor es como empezar de cero, no me gusta quedarme cómodo, sino me haría viejo.

¿Y por qué Argentina?

Yo viví en muchos países y aunque hables el idioma, tu lengua materna es más fácil de expresarte y de entenderte. Además Buenos Aires es una de las ciudades más bonitas del mundo y porque uno de los más grandes poetas como Federico García Lorca, por ponerte un ejemplo muy cercano, decía que esta ciudad tiene algo. Cuando hablan de política se vuelven fanáticos, veo que lo que yo soy como persona, es este pueblo, así de intenso.  En el flamenco, tu estás al limite de la pasión, la sevillana, el martinete, y luego la bulería,  son palos muy sentidos, si uno lo cuenta de una manera, el público no lo siente. En mi vida personal soy muy teatral, cómico, intenso, mi marca es el exceso. Hay momentos de mi vida que los tengo muy olvidados y otros muy presentes. Recuerdo pasajes de mi vida si me la recuerdan personas con quién las compartí. El presente es mucho más fuerte para mí. Pensá que en un mes vine 3 veces a Buenos Aires. La primera vez que yo cogí un avión transoceánico fue a los 16 años y para venir a Buenos Aires, para trabajar en el Teatro Opera, y fue en el año 92 y ahora tengo 41. Hace 24 años que voy y vengo acá. Viví también en Tokio, y si me pregunto,  “¿si volvieras a nacer que parte de tu vida repetirías?” Y mi estancia en Tokio lo repetiría. Fui a los 19, 20 y 21, en una edad que te estás formando, estudié la lengua nipona y me encanta la cultura japonesa. Son parecidos y muy distintos. Las fiestas las celebran con mucha pasión como vosotros. Volví 36 veces y me siento muy querido. Es una de las comunidades, después de España, donde más quieren al flamenco, después viene México, Argentina y en Israel lo escuchan mucho. En Japón hay muchas escuelas de flamenco y se gana muy bien. A mi me fue fácil hablar el idioma, allí estuve en pareja y con una relación con una japonesa aprendí mejor. Te cuento una anécdota graciosa: yo fui con un contrato de trabajo en el Tablado El Flamenco, el mejor tablado del mundo. Es una transformación grande, hay que acomodarse al cambio de horario, pues, empecé a trabajar antes en otro trabajo que en el trabajo que me habían contratado. Una chica del grupo me dejó sus alumnos y le daba clase a una niña, y fue con su madre que me fui a vivir. Me fui con un grupo de baile de una argentina que se llama “La China”, y ella me decía: “pues vamos, chiquillo, ¡que has empezado en otro lado a trabajar antes que en el contratado!”. Lo pasé muy bien, rompí la barrera de la soledad, aprendí que estar solo era muy bueno y muy sabio. Empecé a quererme y a conocerme.  

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Una interesante experiencia a tus 19 años.

Si, la japonesa me dio mucho, ella tenía 33 años, 14 años mayor que yo, era una madre, tenía la hija de mi alumna y aún conservamos una muy buena amistad. Ella está en pareja y hace poco estuvo en mi casa en España para pasar fin de año. He tenido relaciones de todo tipo y lo más bonito es que me llevo muy bien con mis ex. Volver a los sitios donde estuve. Decía Chabela Vargas que un hombre vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida. Amé intensamente, y creo que no hay otra cosa que me interese más. ¡Cada día estoy más cerca de la verdad!

¿Y cuál es la verdad de Rafael Amargo?

Reconocerse a uno mismo. Jesús dijo a sus discípulos en la última cena: la verdad libera, cuando todos se dieron cuenta que nada pasa por nada, ahí rompieron a llorar. Ahora me están pasando muchas cosas, por eso es el momento de venirme a vivir a Argentina. No me da miedo cerrar un libro y empezar otro. Lo he hecho siempre. Algún día dejaré de bailar, duele y cuesta, en la actuación voy a poder estirar mucho, y será como actor que quiero verme. Esta obra que pienso traer a Buenos Aires, es una historia de amor. Jacques Coucteau en Marbella se enamoró de un hombre heterosexual y mucho más joven que él, uno era culto y el otro inculto, uno pobre y otro rico, y uno no puede pasar sin el otro. Es como una especie de Pigmalión que se enamora el alumno del maestro.

¿Cómo tu relación con la mujer japonesa?

Ese ejemplo puede ir bien… Ella me enseñó mucho. Esta obra que estoy de gira en España con Manuel Salas que realizó la película “La isla mínima” que el año pasado ganó un montón de premios y también tuvo el protagónico en una obra de Daniel Veronese, Teatro para pájaros y él hace el papel de Jacques Coucteau. Me convocan a mi porque el amante era un bailaor de flamenco, es un papel complejo, porque se enamora de la persona que no tiene lo físico, el amor es algo atemporal, y el joven le dice que está enamorado pero de una manera distinta, y parece que uno no puede darle al otro lo que desea, y está destinado a sufrir. Pablo Diaz Murilla la escribió basado en esa relación, se llama “Piedras preciosas”. Habla de personajes como del torero Luis Miguel Dominguín, la duquesa de Alba, Anita de Pombo, había un entorno de intelectuales. En esa época estaba Franco y Marbella era un sitio donde se hacía la vista gorda para que pasaran cosas, permitido bajo cuerda la libertad de expresión, la droga, era como un paraíso, una época dorada. Coucteau se quedó allí por amor. La obra es un éxito y creo que acá en Argentina va a gustar mucho. Es una pieza teatral donde el tema del amor es central y hay mucha piel entre dos seres que siempre están al límite.

Parece que el amor es lo que más impregna tu vida.

Hago todo por amor y cada vez más, sino no puedo. Necesito que todo tenga una pasión y una verdad. En esta carrera al comienzo hacés cualquier cosa, gente que se vende por esto, y yo lo pienso mucho antes de tomar un trabajo. Desde los 13 años que trabajo y hacía mis deberes en un camerino.

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¿Y como surgió tu arte desde tan pequeño?

Fui a con mi padre a ver Carmen de Carlos Saura y yo le dije: “yo quiero ser como ese hombre”, y él me contestó: “entonces te llevo a hacer actuación”. Nunca me dijo no bailes o eso es cosa de mariquita. Todo lo contrario. Mi padre era artista pero mi abuelo no lo dejó por cuestiones de la vida, mi padre es cantaor de flamenco y fui yo quién lo subió a mi escenario, él cantaba detrás de mí, trabajó muchos años para mí. Mi padre me dijo un día: “hijo, tu me diste lo que nunca me dio mi padre”. Esa es una satisfacción que me la voy a llevar conmigo a la tumba. Hasta hace 3 años cantaba conmigo, pero ahora no canta porque le dio un cáncer en la traquea y es muy duro. Después siguió como productor. Quince años de mi carrera mis padres viajaban conmigo. Mi padre decía: “no me levantes la voz”, pero yo le decía “te la levanto como jefe, no como tu hijo”. Nos hemos reído mucho también, eso es lo bonito. Si tiene que irse, estoy tranquilo que le he dado una cosa maravillosa y ha recorrido el mundo. Yo le debo mucho a ellos, le debo mi carrera, él trabajó mucho y tenía su dinero, y me apoyó. Y él tenía más ganas que yo creo (risas) que yo haga esto, porque él se veía reflejado en mi. El me decía que yo con Argentina tengo una cosa muy grande, tengo un montón de amigos de la comunidad artística. Es una gente de un talento extraordinario, el teatro, la música, el cine argentino. Ayer me compré el ultimo CD de Luis Alberto Spinetta, además el tango y toda la tradición. Acá sacan el ingenio de la deconstrucción y del caos, creo que menos es más y ustedes sacan la creatividad cuando tienen menos. Me encanta perderme por las salas menos mediáticas del teatro, lo último que ví es “Porno gaucho” de Cristian Morales y tienes que verla, es maravillosa y muy picante en lo político. Con él tengo otra obra para hacer. Y con el flamenco acá me fue muy bien en la Sala Siranush.

Si, la cubrí y fue un espectáculo muy emotivo, maravillosos todos y fue muy conmovedor cuando recitaste a Lorca.

Pero, ¿sabés que eso no estaba dentro del programa? No, salió el duende ahí a improvisar y se miraron todos los músicos extrañados. Me fue muy bien por eso quiero volver. Y ahora quiero venir con mis hijos que tienen 8 y 11,  hace ya 7 años que no estoy más con la madre de mis hijos, es la rubia, una de las cuatro bailarinas que estaban en el espectáculo del Siranush. Mas tarde, me volví a casar y me separé y ahora, lo interesante es que quiero estar solo. No sé estar solo, estoy aprendiendo a estar solo. ]Con mis hijos soy como un colega, tengo una relación muy bonita. Tengo 41 años y empiezo el partido de la segunda parte de mi vida, si uno dura 80 años y tengo que situarme, posicionarme y vivir de otra manera.

Parece que te estás preguntando si se podrá vivir de otra manera siendo tan intenso.  

A lo mejor no, y tendría que aceptar vivir esta locura y listo (risas). A lo mejor estoy intentando poner un orden y es una tontería ya que es en ese desorden que me muevo… Lo que sé es que si estoy decidiendo venir aquí es por algo, ¿no?

Borges dice que “el azar es nuestra ignorancia de la compleja maquinaria de la causalidad”. Por algo decidís venir a un lugar que decis que es tan intenso como vos.

¡Uy Uy que allá hay un mundo en esa frase! ¡Pues vamos a la batalla a guerrear! Fijate ue Lorca antes de morir y recorrió Cuba y Nueva York, cuando escribió “Un poeta en Nueva York”. En esa época, cruzarse un océano en un barco…

Parece que tenés mucho dentro tuyo de Lorca…

Y yo vengo de la familia de Lorca. Pues mi abuelo materno era su cartero, su confidente y su amigo, y el otro abuelo Rafael, de 97 años lo conocía y me hablaba mucho de él. Tu sabés que al lado de la casa de mi abuela, es donde él escribió “La casa de Bernarda Alba”. Había un pozo entre las casas y un tabique, y por el hueco del pozo él escuchaba todas las conversaciones. Y yo me llamo Rafael Amargo por García Lorca. Yo me llamo Jesús García Hernández, y yo me llamo Rafael por mi abuelo y Amargo por el poema “Del Emplazado del Romance del Amargo” que Lorca escribió en mi casa, por eso este nombre me lo puso a mis 15 años el poeta Curro Albaicín que sabia toda esta historia… (recita) El veinticinco de junio le dijeron al amargo; ya puedes cortar si gustas las adelfas de tu patio. Pinta una cruz en la puerta y pon tu nombre debajo, porque cicutas y ortigas nacerán en tu costado, y agujas de cal mojada te morderán los zapatos. Al amargo están llamando las voces de madrugada, los cuchillos están cortando las voces de quién los llaman”.

¿Y que se te ocurre con este poema que te surgió ahora en la sesión?

(Silencio) Pues, no lo sé… Cuando me llamaron Amargo no me gustaba para nada, y ahora me encanta. Pero me ha costado, es muy amargo llamarse Amargo, es que tú sabes, yo no soy amargo.

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Y si no sos Amargo, ¿quién es Rafael Amargo?

No lo sé… (silencio)

¿Será que lo viniste a buscar?

¡Por favor! ¡Ojalá esté aquí! Si, si, creo que puede estar aquí. Entonces esto ya no cuadra con lo que te dije antes que no quería encontrar a nadie (risas).

¡Te querías encontrar a vos! Y quizás por eso deseas estar solo para encontrarte pero no a través de los otros.

¿Tú crees que podré? porque conociéndome como me conozco, hasta que no encuentre quién me lo explique, no lo voy a entender, porque al final necesito estar con alguien. Me encanta compartir, la vida es para compartirla y no para estar solo, me he malenamorado muchísimo, he sido tan torpe, y ahora lo que quiero es que me pase algo duro, fuerte, a mi corazón. Pero no sin cabeza… No sé, ahora estoy pensando y creo que vine a buscar la llama del amor… Además creo que está por aquí, me está rondando algo en este país. Siempre que vengo siento que me tengo que expandir por toda la Argentina, conozco Rosario, Mendoza y Cordoba, creo que tengo que empezar a perderme por ahí…

Perderte para encontrarte.

Si… ahora me toca a mí, mis hijos están bien criados. Me he ocupado de muchísima gente.

Si. Me hablaste del amor a tu padre, a tus amores, a tus hijos, a los niños autistas, ¿y a vos?

Claro, me falta crear mi espacio, mi hueco… Como que tiré demasiado el carro de todos…. Mi madre también es la que lleva la sastrería de toda mi Compañía. Pero mi madre está como a la sombra, pero maneja todo, ella es fuerte y con carácter, pero mi padre, mi hermano y yo somos los que estamos más presentes. (Silencio) Creo que todo esto ha tenido una fecha de caducidad y ahora tengo que mirarme a mí… Este año fue muy fuerte para mi, murieron cuatro amigos íntimos cercanos y tres más lejanos. Una fue mi manager con 39 años, una persona que ha recorrido el mundo conmigo y se ha ido en tres meses con un cáncer de ovarios, útero y pulmón. Y tengo amigos que tienen 80 años y siguen tomando merca, y Chavela Vargas que murió con 94 años.  María Peneda que es como una hermana mía también ha muerto, Manuel Molina cantaor y poeta andaluz, que trabajó conmigo, estoy agotado de enterrar gente, se murieron como en mis manos. Recibí el último beso de Chavela Vargas, yo hice el documental de su vida. La fui a cuidar a México durante 4 meses y ella me lo pidió “la harás vos, ningún otro”. Y fijate que yo no soy realizador de cine, y hice todo hasta el guión se llama “El amor amargo de Chavela Vargas” y ha recibido premios en muchos Festivales del mundo, Festival de Bogotá, Ischia en Italia, en Corea. La voy a estrenar en una sala porque acá sé que aman a Chavela Vargas. (Canta) “Si tienes un hondo penar, piensa en mi, si tienes ganas de llorar, piensa en mi”. Pues, en el final de la película me dijo: “tu piensas que has venido a hacer una película, pero tu has venido a que quepa otro chamán y que haya otra alma que tenga que tirar de la gente. Cuando yo me muera al terminar esta película, tienes que venir a México a San Luis de Potosí y hacer el peyote sagrado, porque arriba los guichones tienen algo que decirte y yo me encontraré contigo”. Está eso en la película. Un día iré, pero me da miedo. Tengo que hacerlo, son cosas pendientes de la vida.

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¿Y por qué le pusiste “El amor amargo de Chavela Vargas?

Era una mujer pasional, una lesbiana en aquella época, tenía de amante a Frida Khalo, tuvo las mujeres más exóticas e importantes del mundo y dormía con una pistola debajo del colchón. Una amiga muy querida, la cuide antes de morir y me quiso regalar ese documento. Esas cosas me las llevo yo conmigo, con los grandes tengo un imán, con los genios me cuesta menos comunicarme. Ahora quiero hacer unas entrevistas, se llaman “Irrepetibles” y meterme en la casa de personas irrepetibles. Me encantaría hacerle a Omar Portuondo de la Vieja Trova Santiaguera de Cuba, a China Zorrilla me hubiera gustado pero ya se ha muerto. Cuando vio “Poeta en Nueva York” me dijo: “tu te comes las uñas”, le dije si, y ella me contestó: “no, boludo, quería saber si tenés uñas, algo que tengas los humanos” (risas). Aquí en el estreno vinieron al camerino China y Ernesto Sábato. Aquí me siento muy querido. En la Trastienda vino Mirta Legrand, que no es el Opera.

Siempre te has encontrado en (y por) el amor de los otros, pero ahora parecería hay una búsqueda de vos mismo que no pasa por la mirada de los otros.

Cierto porque en el amor no he sido una persona reprimida que no sabe lo que quiere…  (Vuelve a recitar el poema)

¿Parece haber una clave en ese poema? Y ese otro fragmento que surgió en tu espectáculo…

Lo voy a leer con detenimiento. Si, también recité “El rio Guadalkivir El río Guadalquivir, va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor que se fue y no vino! El río Guadalquivir tiene las barbas granates. Los dos ríos de Granada uno llanto y otro sangre. ¡Ay, amor que se fue por el aire! Para los barcos de vela, Sevilla tiene un camino; por el agua de Granada
sólo reman los suspiros. ¡Ay, amor que se fue y no vino! Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales. Dauro y Genil, torrecillas muertas sobre los estanques, ¡Ay, amor que se fue por el aire! …. Me surgió este poema y luego lo mezclé con el Del Amargo, “los cuchillos van cortando las voces de quién los llama, amargo porque me buscas, amargo porque te llaman”.

¿Querrás cortar con las voces que te llaman Amargo para no encontrarte más en quién te llama ni en los amores (amargos) que se fueron por el aire?

Claro. (Silencio) Estoy pensando sabés mi cabeza ahora está como un Windows con todas las ventanas abiertas.

Es que parece que no solo tus amigos se están muriendo…, sino algo de ti mismo muere para dar nacimiento a aquel que quieres ser más allá de los otros. Hablaste de tu verdad…

¡Uy! Creo que es por aquí que viene todo… Tú eres como un testigo. Creo que esta entrevista va a quedar como testimonio de que a lo mejor algo está naciendo acá en mí y en Buenos Aires.

Let it be. ¡Dejalo ser!

(Silencio) ¿Sabés algo? ¡Qué por momentos tengo miedo de mí mismo!

Esta es tu verdad. Gracias por este encuentro.

 

DEL OTRO LADO DEL DIVÁN

Habitualmente escribo mis impresiones luego de haber desgrabado y transcripto la entrevista, pero con Rafael me sucedió a la inversa. Me sentí impelida a escribir el cúmulo de impresiones, pensamientos y emociones que se instalaron dentro mío apenas terminé la entrevista. Su personalidad avasalladora y muy seductora me envolvía al tiempo que me presentaba un enigma a descifrar. Por lo que volví sobre los dos poemas que recitó de Lorca para encontrar la clave.

Primero, lo llamaron Jesús García Hernández, luego lo llamaron Rafael Amargo. A él no le gustaba, sin embargo, hoy si le gusta, pero ¿le gusta “Amargo” en tanto Nombre del Padre o aquello que lo signa en el Poema de Lorca?

Me interpela la idea de esa búsqueda en su nombre y en su origen mítico, como si su identidad estuviera marcada en la poesía de García Lorca, y como si Buenos Aires fuese la ciudad elegida para auto bautizarse. “Me falta crear mi espacio, mi hueco” ¿Será como ese hueco resignificado en el lugar donde Lorca se inspiró para escribir “La casa de Bernarda Alba”? Ese espacio entre la casa familiar y otra casa, parece representar la distancia entre España y Buenos Aires.  Para lo cual, tiene que perderse. ¿Será necesario perder a ese otro que fue en el deseo de los otros para encontrarse con la profunda verdad de su ser? Este proceso se transita en soledad ya que remite a su propio deseo.  Por eso la experiencia de Tokio se asocia a su venida a Buenos Aires, y habla de un nacimiento: “¿si volvieras a nacer que parte de tu vida repetirías?” Y mi estancia en Tokio lo repetiría”. Y respecto a la soledad Rafael dice que es sabia: “…empecé a quererme y a conocerme”. Si, eso fue sabio, y además, fue lejos de su tierra “madre”. Y como “decía  Chabela Vargas que un hombre vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”, Rafael quiere volver a un sitio que amó Lorca. Otro padre que le abre otras puertas de su arte: la poesía, la actuación teatral y el cine… y quizás más…

¿Rafael Amargo tendrá que morir para ser quién desea ser?. No ser más aquel  que es llamado Rafael Amargo, ese ser que deseaba su padre que él fuese. Es decir, Rafael: el padre de su padre (o mejor dicho, el padre que hubiese deseado tener su padre). Ese abuelo Rafael que ha sido además el confidente y amigo de Lorca. Así  cuando habla de su padre y de ese niño que tuvo el talento para decir “este hombre quiero ser”, Rafael lo dice claramente: “…y él tenía más ganas que yo creo (risas) que yo haga esto, porque él se veía reflejado en mi”.  

No se trata de dejar un libro y escribir otro libro; esto Rafael lo hizo en muchas ocasiones de su vida, sino más bien, de reescribirse y reinventarse (guiado por las huellas de Federico García Lorca) en su propio deseo. Este deseo pugna de manera Inconsciente en reinscribirse aprendiendo a no “tirar del carro de todos” sino del suyo propio.
¿Quién es? Esa pregunta es su mayor interrogante: la gran revelación de esta entrevista reside en esta interpelación, en ésta, su búsqueda. Así es que tendrá que atravesar su propio duelo, enterrar al que fue para dejar ser a quien desea ser. La otra gran verdad de la consulta se develó al final: Rafael siente”miedo de sí mismo” y de quién o quienes (poeta, actor, cineasta, entrevistador, diseñador de modas…), lo podrían llegar a sorprender.

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