TEATRO

ANALIZAME: «YO SOY MI PROPIA MUJER» por Julio Chávez

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Crédito: SMW Press

Intérprete: Julio Chávez

Dirección: Agustín Alezzo

Por Dra. Raquel Tesone

Lo primero que se destaca de la obra Yo soy mi propia mujer, es otra de las maravillosas entregas que Julio Chávez nos regala arriba del escenario. Su composición es tan admirable, que el efecto hipnótico que ejerce en el público, provoca que en el final estallen los aplausos ininterrumpidos que parecieran interminables.

La obra se basa en la historia de Charlotte von Mahlsdorf, una travesti que fue entrevistada por el cineasta Doug Wright, quién realizó este texto, – adaptado por Fernando Masllorens  y Federico González del Pino – para lograr esta increíble obra de teatro.  Charlotte Von Mahlsdorf (1928-2002), quién llegó a tener un Museo en Berlín del Este donde se podía apreciar su colección de gramófonos, fonógrafos, relojes y diversos muebles de la época de Wilhelm II. Conservó el arte de la destrucción de la 2da. Guerra Mundial, lo que no es poco y se pudo proteger de los ataques de los nazis, pese a ser “distinta” y travesti, lo que podría motivar la discriminación y despertar la homofobia. Sin embargo, luego de la caída del muro de Berlín, la Orden Alemana la distinguió por rescatar estas obras de arte, aunque no sin sufrir las acusaciones de haber colaborado con la policía alemana, cuestión no comprobada. Además, Charlotte mantenía de manera clandestina, un bar para homosexuales donde se reunían importantes artistas, lo que prueba que ser trataba de una personalidad audaz y exótica a la vez.

Julio Chávez encarna dos personajes principales: Charlotte y Doug, y otros que son secundarios, como la tía Louise y su madre (entre los más relevantes), y a todos los podemos imaginar y recrear en nuestra mente, porque este eximio artista nos brinda una clase de actuación impresionante de la mano de uno de sus grandes maestros, el eximio Director Agustín Alezzo. Es tanta la captura del imaginario que promueven estos dos genios en los espectadores, que por momentos, la historia en si, pasa a un segundo plano; lo relevante es la interpretación realizada por Julio Chávez. Lo vemos pasar de un personaje a otro sin solución de continuidad, y a través de una suerte de metamorfosis total de su cuerpo, su voz, sus diferentes movimientos y gestos, el acento alemán irónico de Charlotte con toques femeninos al sentarse y al entrecruzar sus piernas que se contrastan con la calma y la reflexividad de Doug, tanto como el desparpajo de su tía Louise en contrapunto con la fealdad de su amigo bizco. Una interpretación que nos deja perplejos ante tanta versatilidad actoral.

Volviendo a la trama, Wright tiene entrevistas con Charlotte, quién viaja a su encuentro desde Nueva York a Berlín, y va desgranando su vida, y, cual psicoanalista, transitan la transferencia que se suscitaba en ellos, generándose una relación de amor y vivenciando etapas de decepción. Charlotte le consagra a Doug un recorrido desde su infancia, su relación con su tía que era lesbiana, quién la apoya para no sentirse culpable por su identidad y por sus preferencias sexuales frente a una madre negadora que requería de su protección.  Esta tía parecería ser su objeto de amor ya que la relación con su madre era difícil y con su padre era altamente conflictiva, al punto tal, de haber llegado a asesinarlo con diez y seis años y en defensa propia. ¿Podría identificarse con un ser que detestaba y que lo atacaba a él y a su madre? Parece que no. ¿El Museo con sus objetos conservados, representaría esa protección que él hubiese deseado darle a su madre? ¿Su madre podría ser objeto de identificación, si era él quién debía ocupar el lugar del padre, y de un padre  protegiera a su madre y no un padre que pudiera ser protector?  El título de la biografía del Charlotte, y de la obra: yo soy mi propia mujer, nos remite a un repliegue narcisista que ha permitido a Charlotte crearse a sí misma (quizás, ¿a través del amor de su tía Louise y con los aspectos de la personalidad que tomó de ella?) Estas y otras preguntas nos deja esta magnífica obra que muestra la singularidad de un ser que elige el camino de invención de su identidad  dentro de una historia muy trágica de su infancia. Y sobre todo, es una obra que muestra como la identidad sexual en el ser humano es una construcción subjetiva que se enlaza a formaciones inconscientes y a la novela familiar de cada persona en particular.

Funciones: viernes 20.15 hs., sábados 22.15 hs. y domingos 19.15 hs. En Paseo La Plaza

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