El Dr. Luciano Figueroa médico, traumatólogo y cirujano, especialista en miembros superiores. Su calidez en la atención con los pacientes, atrajo a EL INCONSCIENTE en su deseo de conocer a quién se consagra a la medicina y a la cirugía con amor y pasión. Una de las preguntas que abordamos con Luciano es si la ciencia se opone al arte y él es la viva muestra que se trata de una falsa antinomia, contándonos su recorrido tanto en la ciencia como en su arte.
¿Cómo fueron tus inicios y por qué elegiste traumatología?
Yo creo que la Traumatología me eligió a mí. Cuando me recibí de médico y tuve que definir una especialidad, sinceramente no tenía muy en claro que era lo que quería.
Finalmente me anoté para rendir el examen para la residencia de Ortopedia y acá estoy. El Hospital Zubizarreta fue mi hogar durante 5 años, ahí me formé y pude conocer gente que me marcó para siempre.
En aquellos años, el Jefe de Servicio Dr Borghi, me contagió la pasión por la Cirugía de la Mano. Un día, durante la recorrida de sala me hizo una pregunta sobre un paciente, algo sobre una patología de hombro. Sinceramente no supe que contestar. Es entonces que me invita a presenciar sus cirugías fuera del Hospital. Por supuesto a la siguiente semana estuve allí y con el pasar de los días y las cirugías, pude descubrir mi vocación. Ya no hubo mas caderas ni rodillas ni tobillos en mis incursiones quirúrgicas, la Cirugía de la mano y del miembro superior se convirtió en mi pasión.
Una vez recibido formalmente de Traumatólogo mi jefe me propone ser parte de su equipo quirúrgico en la Obra Social donde trabaja. Todo lo que sé, lo aprendí de él y no hablo sólo de técnicas quirúrgicas; eso se aprende, casi a prueba y error. Me refiero al amor que uno le pone a todo esto.
¿Y cuándo decidiste ser médico?
Te diría que alrededor de los 10 -12 años. Al finalizar la primaria me preguntan qué quería ser cuando fuera grande. No sabría explicar el por que, pero yo quería ser médico. Nadie en mi familia lo era.
A pesar de eso me recibí de Bachiller Mercantil y de ahí a la Universidad.
No me fue fácil, mi familia no tenía los recursos para bancarme los estudios así que trabajé durante toda la carrera. Fui heladero, cajero en un supermercado, trabajé en una fábrica textil y en una inmobiliaria. Durante los últimos años conseguí trabajo como administrativo en una Obra Social. Trabajaba 12 horas noche por medio, salía y me iba a cursar al Hospital de Clínicas. Recuerdo que fichaba la salida del trabajo a las 8 de la mañana., y corría las 6 cuadras hasta el Hospital y subía los 11 pisos por la escalera para no llegar tarde.
No hubo un momento que dijiste: “¡largo todo esto!”.
El esfuerzo es grande. Hay momentos en los que querés dejar todo. Pero lo que cuesta vale dicen. Tuve una crisis cuando estaba en 4º año de la carrera. A esa altura era mas fácil seguir y terminar que empezar otra cosa de cero.
Humildemente creo que tengo muchas habilidades desde lo artístico pero me falta constancia. Me gusta la música, toco la batería, la guitarra y también canto pero no se si me hubiera bancado ir a un Conservatorio.
Creo que las personas pueden tener muchas vocaciones, es tu caso con la música y la medicina. ¿Hay una relación entre medicina, las cirugías y el arte?
Si, claro. La medicina es un arte. El arte de curar. A los traumatólogos nos cargan, nos dicen carpinteros. Yo les digo: “Carpintero no, ebanista”
La cirugía también es un arte, el bisturí es nuestro pincel.
¿Y podés vincular tu especialidad con tocar algún instrumento?
Para mi, las manos son todo. Es lo primero que miro en una persona. Su rostro y sus manos. A través de nuestras manos nos relacionamos. Nos damos la mano para saludarnos, para expresarnos, para escribir, para tocar un instrumento, para acariciar a las personas que amamos, para tomar a nuestros hijos al cruzar la calle.
Las manos vehiculizan una sensibilidad especial, y vos sabes usarlas para el arte, tanto como para tocar los instrumentos que te gustan.
Como te decía, la medicina y la cirugía es un arte. La cirugía de la mano requiere de entrenamiento, técnica y una destreza personal.
¿Y te quedó la música como asignatura pendiente?
No, porque sigo con la música. Es mi cable a tierra. Y me gusta todo tipo de música. Tengo 2 bandas de Rock, tuve una de folklore y me encanta cantar tango.
Cada tanto nos juntamos y tocamos en algún barcito. Aprovecho a pasar el chivo: el próximo 4 de junio tocamos en Kirie Bar.
¡Bravo! Allí estaremos. Sabes que Freud decía que los cirujanos tenían un costado sádico que se sublimaba al servicio del bien social. ¿Sentís que algo de eso hay?
Puede ser. No había pensado en eso. Uno sublima muchas cosas al servicio del bien social no sólo los cirujanos. La gente común muchas veces no nos entiende. Lo ve desde afuera, desde su propio punto de vista. Ser médico o cirujano no es tarea sencilla. No es fácil manejar la presión, el stress de una cirugía. La sociedad cree que somos infalibles, que no nos podemos equivocar. Nos exige resultados. Estamos expuestos a la industria del Juicio, a la mala praxis, te puedo asegurar que ninguno de mis colegas se levanta a la mañana con ganas de hacerle un daño a alguien. Somos humanos, nos equivocamos, tenemos sueño, hambre, una familia que nos espera. Mi celular suena las 24 hs. No hay sábados, domingos, feriados, Nochebuena ni Navidad. Uno tampoco está preparado para el fracaso, incluso la muerte ha dejado de ser entendida como un fenómeno natural. Es algo contra lo que luchamos sabiendo de antemano que es una batalla perdida.
Muchos no ven el esfuerzo que uno le pone a esto, las horas que dedica a formarse, a perfeccionarse, a especializarse. Las horas que uno le quita a su familia, las noches fuera de casa, las guardias de 24 hs. Por supuesto que no se puede generalizar, hay pacientes y pacientes como hay médicos y médicos.
Y vos sos uno muy especial que transmite al paciente mucha contención y seguridad. Todo esto que contas sobre las dificultades que presenta tu profesión, cuando eras niño, no lo contemplabas a la hora de soñarlo.
Uno idealiza un poco la cosa. La realidad muchas veces no es como la soñamos. Todos salimos de la Facultad con ganas de salvar al mundo, pero es el mismo medio el que termina deformándote. Ese miedo al fracaso hace que tomemos distancia del paciente.
¿Cómo lo hace Dr. House? ¿Ves esa serie?
No, porque no es la visión de un médico, es la visión exagerada de otro sobre lo que hace un médico. Hace un tiempo le pregunté a una Psicóloga amiga que le había parecido “Toc Toc”, y me dijo que no le había gustado, creo que tiene que ver un poco con esto; lo que te muestran no es lo que realmente es. Entonces, prefiero no verla.
Te agradezco mucho este encuentro que demistifica la idea tradicional acerca de los cirujanos y nos muestra cómo vos lograste conjugar armónicamente el arte con la ciencia, y el amor por ambas.