Por Dra. Raquel Tesone
¿Cuando supiste que tenías vocación de artista plástico? ¿Fue una revelación o surgió de a poco en tu tierna infancia?
Fue una decisión tomada en mi adolescencia. Llegó un momento que decidí pintar, durante esa búsqueda que uno tiene cuando piensa que quiere ser cuando sea grande. Y decidí dedicarme a la pintura sin saber muy bien cómo se hacía. Siempre dibujé y estudié pintura desde chico. Entré en la Escuela de Bellas Artes y conté con el apoyo moral de mi madre. Nunca tuve ninguna oposición de parte de nadie. Me sentí con mucha libertad en estudiar lo que quería y en decidir quien quería ser. Cuando era chico siempre dibujaba mucho, cosa que creía absolutamente natural… (risas) y pensaba que todo el mundo dibujaba, hasta que un día me enteré que no era así. Para mi era como incomprensible. Luego, los codazos con el arte aparecieron en la lectura más que en mis dibujos. Leia mucho sobre la vida de los pintores, sobre todo me interesaba el impresionismo francés.
¿Ha influenciado tu pintura el impresionismo francés?
Creo que una parte de mi pintura tiene una influencia muy fuerte del impresionismo francés. Lo que mas me atrajo fue el intimismo tan cercano a la idiosincrasia de Buenos Aires. Esas imágenes de los cafés, de las calles, los personajes, los climas y la música que se refleja en sus pinturas.
¿Por qué el tango como figuras predominantes? El tango, ¿es tu fuente de inspiración? ¿Ya bailabas cuando empezaste a pintar sobre este ambiente?
El tango lo escuché siempre por mi viejo que escuchaba los clásicos, esos tangos más típicos. Vivía en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, y por distintas razones, me vine a vivir al barrio de La Boca a los con 23 años. Te imaginas que el tango aparecía en cada rincón, y lo fui descubriendo y escuchando en la radio. Un día, descubrí el bar El Chino, donde íbamos con amigos a ver los cantores. Fue un momento muy bohemio y todo esto giraba alrededor de la pintura. Luego de varios años, por consejo de un amiga, comencé a tomar clases de tango. ¡Ahi hubo otro gran descubrimiento: el baile! Algo imposible para mi hasta ese momento: las orquestas, la sociabilidad en la milonga y por supuesto, las mujeres….Más inspiración que esa, no hay.
¿Y fue a partir del aprendizaje de la danza del tango que te dedicaste a pintar sobre el tema tanguero, o desde que te mudaste a La Boca?
Siempre me pareció interesante pintar lo que uno vive. Cuando daba clases en escuelas primarias, integraba los dibujos de los chicos a mi pintura y cuando pasaba leyendo mucho tiempo en los bares, pintaba los interiores de los bares. Y al descubrir el baile y darme cuenta que podía bailar, mi pintura se inclino con más fuerzas hacia este tema.
¿Qué se siente un día 1ero de mayo al pintar en vivo en la Milonga Placita del Pañuelo Blanco mientras la gente baila tango?
Es muy importante el espacio para poder hacer lo que uno más o menos sabe, el espacio de expresión es lo más importante, sino tenemos la posibilidad de mostrar el arte, el arte no cumple su función. Haberlo hecho el 1ro. de mayo es muy simbólico para mí, ya que la pintura deja de ser un hobby para pasar a ser un oficio y un medio de vida, o sea propiamente un trabajo. Poder demostrar el trabajo que realizo el 1ro. de mayo, en esta placita que es de todos, es reivindicar el trabajo del pintor.
¡Y vos lo reivindicaste con una obra maravillosa! ¡Te felicito, Jorge!
Me llama mucho la atención la mezcla de los colores vivos en sus obras, hace que las pinturas sean atractivas a primera vista, además de que tiene un estilo muy particular
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Es muy interesante lo que destacas porque esa mezcla de colores es muy del tango y de hecho, la vestimenta de la pareja de tango cuando bailan, atraen por sus colores. Que bueno que te gustó ☺️
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Interesante tu comentario 😊 gracias Martha
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