I.D.I.O.T.A
Libro: Jordi Casanovas
Dirección: Daniel Veronese
Volvió a la carga el ingenioso y sagaz Daniel Veronese para dirigir otra de sus piezas teatrales en el Teatro Picadero, adaptando un libro del autor catalán Jordi Casanovas: “I.D.I.O.T.A” arma un guión a tono con la idiosincrasia argenta, logra hacernos saltar de las butacas de la risa, mostrándonos nuestra propia idiotez.
Una obra que realizada con dos excelentes actores de la talla de Luis Machin y María Jose Gabin y de la mano de Veronese, no podía resultar menos que una ecuación perfecta. Luis Machin demuestra una vez más que su versatilidad actoral es impresionante sumado a una gran destreza en su expresividad corporal, en el manejo del espacio y en su fuerza escénica, todas características que hace a su sello artístico. Su personaje es el de un taxista que se presta a realizar un test psicológico para conseguir a cambio una buena suma de dinero, pero se encuentra con María José Gabin que hace su rol complementario de una psicóloga alemana que lo expondrá a una tortuosa prueba. El taxista se somete a la manera argentina, por momentos, se sale el fanfarrón, la soberbia, y en otros, se transforma de lobo en tierno corderito.. El “tachero” es el estereotipo del argentino medio, se cree canchero, se arriesga creyendo que se la sabe toda y se baja los pantalones cuando tiene perdida la batalla. Los protagonistas saben bordear en su interpretación con refinada sutileza, los componentes psicológicos que hacen a la contradicción humana, a la exposición en situaciones extremas, haciendo que esta comedia se desarrolle con matices donde el espectador pase del suspenso a la risa y de la risa a la sorpresa.
Esta temática es tomada por el autor como pretexto para hablarnos de la estupidez humana a lo cual, Daniel Veronese logra adaptarlo a nuestra cultura y nos muestra el costado oscuro de nuestra identidad argentina. Una obra que como casi todas las obras de Veronese, contiene una aguda crítica social que, haciéndonos reír de nosotros mismos, nos lleva a reflexionar sobre la peligrosidad que la idiotez promueve en situaciones extremas.
Y nos deja algunas preguntas: ¿hasta dónde podemos llegar cuando los problemas económicos nos acosan? ¿qué valoramos a la hora de resolverlos? ¿el otro nos importa de verdad? ¿es que el contexto histórico-social actual y la sociedad capitalista no está apuntando a exacerbar la idiotez para crear un sujeto alienado y fácil de domesticar?
Funciones: miércoles a domingos 20.30 hs
Teatro Picadero – Pje. Enrique S. Discépolo 1857
Al haber descubierto en un periódico el aviso de una prestigiosa Fundación, un sujeto -con algunos problemas económicos- se presenta con la sana intención de ganar algo de dinero. Pero el inocente juego de preguntas, enigmas y adivinanzas que le prometen al principio pronto se convertirá en una auténtica pesadilla. La trampa sicológica y física a la que es sometido jugará con su capacidad para soportar …
…situaciones que lindan lo inesperado con lo macabro, hasta poner en juego su humanidad. Así, en ese singular recinto, de la mano de una psicóloga, deberá dar lo imposible para evitar un final siniestro. Con sostenido ritmo de comedia, IDIOTA. nos mira de reojo y nos pide que nos pongamos en el lugar de ese reconocible personaje y que nos respondamos como hubiéramos actuado nosotros en esas circunstancias.
Ver menos› ‘Idiota’, la segunda propuesta de Israel Elejalde como director, ha sido la obra elegida por la familia Kamikaze para inaugurar la primera temporada de su nuevo Pavón Teatro Kamikaze. El texto de ‘Idiota’, -un thriller psicológico, es de Jordi Casanovas, autor que ya hizo una más que interesante incursión en el género con ‘Un hombre con gafas de pasta’, obra que en nuestra crítica situábamos entre la ironía fina, la fragilidad psicológica y el terror intelectual y real . Pues bien, ‘Idiota’ da aún una vuelta de tuerca más y las risas y sonrisas iniciales del montaje se van transformando, poco a poco, primero en inquietud, y finalmente en náusea.
Acompañan a autor y director en la aventura escénica que el pasado jueves, 8 de septiembre, inauguraba oficialmente el Pavón Teatro Kamikaze, dos actores estupendos, Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert, que concitaron el aplauso y el entusiasmo del público asistente, ese día estaba formado mayoritariamente por amigos de la familia Kamikaze (entre otros, y por citar solo a algunos, Carme Conesa, Carlota Ferrer, Irene Escolar, Mercedes Sampietro, Antonio Garrigues, …), a quienes dieron la bienvenida antes de comenzar la función los cuatro patriarcas del clan, Miguel del Arco, Aitor Tejada, Israel Elejalde y Jordi Buxó, con el claro empeño de que todo aquel que pase por el Pavón acabe formando parte desde ese mismo momento de la gran familia Kamikaze.
Séptimo arte
La puesta en escena del montaje, que firma Eduardo Moreno, es muy cinematográfica. En un despacho de consulta de una psicóloga, una gran ventana con cortinas a la derecha, que la doctora descorrerá al principio de la función y correrá, una vez terminada la misma; una gran pantalla al fondo en la que, al principio de la sesión que el espectador va a ver, se proyecta los títulos de crédito. Tras ellos, sobreimpresionada, hay una cita de Einstein que adquirirá todo su valor una vez concluida la función: “hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana… Y del universo no estoy seguro”.
En escena hay solo dos personajes, que permanecen en ella de principio a fin del montaje: un hombre, de apariencia vulgar (Carlos Varela), que se presenta a unas pruebas psicológicas remuneradas que a él le parecen una manera sencilla de conseguir el dinero que necesita para resolver sus problemas económicos, y una atractiva psicóloga alemana (Edeltraud), que será quien conduzca esas pruebas (preguntas y enigmas), aparentemente inocentes.
El paisaje de fondo lo constituye una moderna mesa de despacho y otra mesa más pequeña, que recuerda a las de concursos televisivos, con una silla roja que es la que ocupa el hombre. La soberbia iluminación de Juanjo Llorens y el espacio musical de Arnau Vilá y el sonoro de Sandra Vicente,contribuyen decisivamente a ese clímax de creciente inquietud y pesadilla terrible que recorre la función de principio a fin.
Y entre las carcajadas y las sonrisas iniciales, y la tensión con ribetes de terror en la que concluye ‘Idiota’ (“ser idiota provoca dolor en las personas cercanas”,… “Solo un tonto no hace experimentos”), dos actores geniales que, a mi juicio, bordan su papel: Gonzalo de Castro, que hace un tan difícil como efectivo ejercicio de transformación de un hombre autosuficiente, listo, chulo, mentiroso, ludópata y corrupto, en otro bien distinto, angustiado, sorprendido, desarmado y finalmente roto, ante la implacable, imperturbable y fría psicóloga que construye una también magnífica Elisabeth Gelabert. Los dos están estupendamente dirigidos por Israel Elejalde, que con esta propuesta confirma que, además de un gran actor, está también en el camino de consolidarse como un director de escena de la misma talla.
Como propuesta inicial del Pavón Kamikaze, desde luego, este ‘Idiota’ marca un sendero al más alto nivel teatral, que -con toda seguridad- van a ir consolidando las siguientes propuestas que incluyen todos sus éxitos de los últimos años (La función por hacer, Misántropo, Hamlet, etc.). Un teatro de alta calidad orientado a que los espectadores que pasen por el Pavón no puedan dejar de repetir, propuesta tras propuesta, en la seguridad de que van a asistir a un verdadero espectáculo que, como en ‘Idiota’ conjugarán la belleza estética con preguntas esenciales sobre la condición humana y la reflexión crítica.