LORD
Libro y actuación: Pepe Cibrián Campoy
Dirección: Pepe Cibrián Campoy y Valeria Ambrosio
Por Dra. Raquel Tesone
Una vez más Pepe Cibrián Campoy da muestras de su inmenso talento no solamente actoral y como director de obra, sino también como dramaturgo. Tanto con piezas como “Lord”, “Marica” o “Juana La Loca”, – por nombrar algunas de sus últimas obras – Pepe sigue consagrándose como uno de los mejores dramaturgos argentinos con reconocimiento internacional de la talla de Mauricio Kartun, Daniel Veronese y Rafael Spregelburd.
“Lord” es una obra que trabaja sobre lo que implica el proceso de duelo con una enorme profundidad y con altos conocimientos psicológicos que Pepe utiliza para componer su personaje. Es de destacar que los años de psicoanálisis de Pepe se reflejan en cada una de sus obras que, por medio del recurso musical y de una gran dosis de humor, ironía y sarcasmo al mejor estilo Wilde, desarrolla historias con diálogos muy enriquecedores y reflexiones que nos acompañan al salir de la sala. Razón por la cual, para analizar esta obra, pedí a Pepe el libro para destacar algunos de las frases que hablan de un trabajo de pensamiento muy agudo y lúcido, donde sin lugar a dudas, tuvo que iluminar las cuestiones más oscuras de su Inconsciente tanto para escribir esta obra como para interpretar un personaje tan complejo. Lord, provoca en principio, rechazo en el espectador, es un ser avaro en todo el sentido de la palabra, parece no importarle el otro y no siente culpa por causar un daño en beneficio personal. Sin embargo, a medida que transcurre la obra, Pepe nos hace ver los matices de este ser que encarna con una maestría extraordinaria y nos sorprende cuando, nos hace poco a poco, recorrer un abanico de emociones. Pasamos de la repulsa a sentir pena y ternura, y esto se debe a una interpretación magistral donde hasta los mínimos tics y gestos con las manos, metamorfosean el cuerpo de Pepe en un anciano que denota haber sido impactado por un trauma.
Y así fue.
La obra empieza con un duelo: la muerte de Patrick, su amigo y socio; Lord parece no acusar recibo. Vive preocupado por su fortuna y por multiplicarla, evitando gastarla, y esta mezquindad está extendida a los afectos más cercanos. Es Navidad y Lord se burla de quienes festejan, ya que él vive en un hermetismo absoluto desde una situación traumática que marcó su vida: la muerte trágica de su esposa y su hija a causa de un accidente. A partir de esta doble pérdida, Lord se niega a conocer a su nieta y se encierra en sí mismo, pese a que su yerno hace todo por convencerlo para que Lord acepte pasar la Navidad junto a su nieta.
Lord está habitado por fantasmas que aparecen y a quienes no quisiera escuchar. Pero lo Inconsciente insiste. Patrick, su amigo, es el primero en hacer su aparición fantasmática para ayudarlo a que pueda tomar consciencia que quien está verdaderamente muerto es él, pese a residir en el mundo de los vivos.
Luego hace su aparición Lady Parca, encarnada por Georgina Barbarrosa, un papel a su medida, donde hace un despliegue de todo su encanto y humor, y en ese enfrentamiento con la muerte, Lord comienza a reflexionar sobre su pasado y su vida. “Si tu nunca das afecto, nadie afecto te dará”, él tiene que cambiar para no morir (o continuar muerto en vida). “Se muere por diablo y no por la edad”, al decir de Hamlet, pero hasta que no hace su aparición Matilde el fantasma de su esposa, Lord se resiste a vivir. Barbarrosa interpreta a Matilde, el amor de su vida, de manera majestuosa, al punto tal que cuando comienza a escucharse su voz en off, algunos espectadores dudamos si se trataba de la voz grabada de Ana María Campoy, ya que la imitación de Barbarrosa es increíble, y si a eso le agregamos que estaba lookeada con un vestuario muy típico de la Campoy, nos hizo creer que se trataba de una verdadera reencarnación. Si a esta explosiva combinatoria Pepe/Georgina, le agregamos un gran elenco que los acompaña, una escenografía espectacular, magníficos vestuarios, una iluminación muy adecuada a cada escena y una música en vivo grandiosa, obtenemos la fórmula exacta para lograr ésta obra impecable hasta en sus mínimos detalles y absolutamente maravillosa.
Volviendo al análisis de la fantasía de este autor, parecería que en esta escena donde Lord se reencuentra con el fantasma de Matilde, siendo Matilde tan parecida a La Campoy, Pepe hace “realidad” en la ficción el deseo edípico de ser el esposo de su madre. Sin embargo, no lo realiza del todo en el sentido erótico, ya que cuando Matilde se pone “cachonda”, Lord le dice que ya no puede tener sexo. En boca de Matilde, hay un cuestionamiento: “no seas necio y sé como aquel del que un día yo me enamoré, y sería como renacer ya que medio muerto estás”. Su esposa sigue vive en él y sigue siendo aquella persona que tenía deseos de vivir. Ella hace una reflexión muy interesante que da vuelta la ecuación que baraja la supuesta certeza cifrada en el paso del tiempo: “¿¡sabes cuántos años tienes? Los que te quedan por vivir, porque los otros ya no los tienes más”. Y lo más interesante, es que cada uno de los fantasmas que lo visitan y persiguen, luego Adela, su hija, le proponen un cambio pero no “para tener una mejor vida, sino para tener una mejor muerte”.
Es allí donde Lord advierte que su avaricia es no dar nada a nadie y guardar el dinero como quien acumula recuerdos y los guarda en un cajón. “Piedad se merece quien no sabe dar”, y quien no sabe dar, no es rico, sino es pobre, porque no tiene nada para ofrecer. Por eso, Adela no lo reconoce como padre, para ella ese anciano avaro es un completo desconocido, no es el padre que ella tuvo.
En ese diálogo con sus propios fantasmas, y perseguido por ellos, aparece quien tendrá el poder total de transformarlo: su niño interior. “Eras un buen niño y ahora eres un viejo malo, avaricioso, egoísta, despiadado, cruel, miserable, huraño, hermitaño, desconsiderado”. Y en ese intercambio con ese niño que fue, es como Lord se da cuenta que a partir del trauma que conllevó la pérdida de su esposa e hija sumado a la caída de la ilusión infantil al descubrir que no existían los reyes magos (y que solo eran los padres, y que los padres pueden mentir), que se convierte en alguien que no es. “Ser o no ser” pasa a ser una cuestión que se pone en juego en la obra, tanto como perder o no perder, no ganar para no perder y“elegir la muerte por miedo a la vida.
Y es con estas bellas palabras que lo piensa Lord:
“¡NO QUIERO PERDER NADA! ¡ES LA VIDA LA QUE YA ME QUITÓ LA MIA DEJÁNDOME VIVIR AL SACÁRMELAS A ELLAS! ¡YO YA ESTOY MUERTO DESDE ESE DÍA! ¿QUE MAS QUIEREN QUE PIERDA? ¿MI FORTUNA? PERO MI FORTUNA ¿CÓMO BORRAR TANTO AYER?
¿CÓMO PODER RENACER?
SIENDO AQUEL QUE SUPE SER,
RESURGIRÉ,
ME MIRARÉ,
Y SIN TEMOR,
YO ME DIRÉ…AQUÍ ESTOY.
NO PAGA ESO. ESO NO SE COMPRA. NO SE COMPRA…
Y TANTOS AÑOS DE MI VIDA FUI ADICTO A NO VER NI SENTIR MÁS QUE EL SONIDO DE LAS MONEDAS EN MIS MANOS, QUE TENGO MIEDO NUEVAMENTE A CAER.
ES POSIBLE EL CAMBIAR SIN MIRAR MÁS ATRÁS
SOY QUIEN SOY Y NO ESE QUE FUI.
EL CAMBIAR NO ES CAMBIAR SI NO LOGRO ACEPTAR
QUE ESTE CAMBIO ES POR MI , NO POR TI.
UNA IMAGEN ME VIENE Y ES
ELLAS DOS SONRIENDO CONMIGO.
SI NO ESTÁN… AHORA ESTÁN.
Y SU AMOR ME MOSTRÓ
ESA LUZ QUE HIZO EL CAMBIO EN MI.
ME OLVIDÉ YA DEL GRIS Y EL COLOR SURGE ASÍ.
AHORA PUEDE LLEGAR EL FINAL Y ENTENDÍ
QUE DA IGUAL CUANDO HAS DE EMPEZAR
A CAMBIAR YA QUE EL HOY ES MAÑANA Y NO AYER
EL DESTINO DESCUBRO ES MIO.
AL YO CAMBIAR TAMBIÉN LO HACES TU.
ES FÁCIL DE ENTENDER:
SI SALGO DE MI
HAS DE HACERLO.
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