“ORQUESTA DE SEÑORITAS”
Autor: JEAN ANOUILH
Adaptación y Dirección general: Jorge Paccini
Por Ana Bogado
En tiempos donde las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial aún no han sanado, transcurre, en un palco de orquesta del restaurante de un balneario, la historia de seis mujeres y el marido de una de ellas -Miguel Jordan, Norberto Gonzalo, Osmar Nuñez, Carlos March, Jorge Paccini, Ernesto Larresse y Edgardo Nieva-, quienes, siendo dedicados artistas, se ven obligados, a lo largo de toda una noche, a mantener las apariencias sobre el escenario, a pesar de los conflictos producidos durante los intervalos.
La obra en sí mantiene un enfoque humorístico, y aunque refleja de manera satírica la realidad (sobre todo de las mujeres) de aquel entonces, el drama es latente desde la mitad de la obra hasta el final y no mantiene un ritmo. La obra problematiza sobre cuestiones difíciles que involucran dos aspectos de la vida: el primero, el tiempo pasa y no hay nada que se pueda hacer para detenerlo o volverlo atrás; el segundo, nunca se llega a conocer del todo a las personas, porque ante la verdad, en la esencia de cada uno, siempre habrá una máscara que la disfraza. Esa suerte de show, es aquello que percibimos a simple vista sin tener en cuenta lo demás que está en un plano más profundo del ser. Es así como esta pieza refleja la diferencia entre la realidad y las apariencias, a través de la bajada y la subida del telón: la “orquesta” es aquello que vemos, los “músicos” son aquello que ignoramos.
Respecto a los aspectos técnicos, creo que a la obra le falta intercalar mejor la comedia con el drama. Si bien podríamos enrolarla dentro del género de comedia dramática, remarco que la mayor parte del tiempo se destaca los toques de humor, en detrimento de la carga dramática (salvo en casos muy puntuales, como en una escena que tiene como eje temático al matrimonio).
Los altibajos de la dinámica de la obra son demasiado abruptos, tanto, que terminan por desorientar al espectador. El impacto es tal, que luego, cuando se sucede una escena que pretende ser graciosa, el espectador no está en condiciones de poder reír.
Otro aspecto a tomar en cuenta, hace a la duración de la ya mencionada escena del matrimonio, es demasiado larga. Si bien es en ella donde se trata con más ímpetu el paso del tiempo, al alargarse más de lo necesario, se torna densa y pierde su potencia.
Las actuaciones son muy buenas, al igual que los vestuarios y la puesta en escena.
La entrada de los personajes sumerge al público desde el comienzo de la obra en la recreación realista de una orquesta a punto de brindar su concierto, con las típicas inclinaciones a modo de saludo, y todo esto sin contar la maravillosa composición que hicieron los actores hombres interpretando a mujeres.
Si lo que se busca, es salir del teatro dándole vueltas a la vida, esta obra, sin dudas, cumple con ello.