Fotografías: Christine Spengler (foto con Messi), Eric Sander (foto Torre Eiffel con la gente detrás en explanada) y Ruso Ferran (dibujo)
Orlando Coco Días, bailarín, coreógrafo y productor de tango, célebre a nivel internacional, quién desde hace más de cuarenta años eligió vivir en Paris, logró instalar el amor al tango en esa bella ciudad y desde allí, poder difundirlo en el mundo. Coco, como lo llaman los que ya lo conocen bien, lo quieren y lo respetan, o Maestro de Maestros como lo llamaba Archibaldo Lanús (ex Embajador) y quien lo valoró para que brinde sus cursos semanales de tango en la Embajada de Argentina en Paris. Además, da seminarios y stages de tango en su Estudio, cuando no está viajando y realizando exhibiciones en diferentes países. Recién llegado de su gira en Japón, me recibió en su Salón de Clases y me contó cómo llegó a ser el pionero del tango en Paris. Es socio-fundador de la Asociación de Maestros, Bailarines y Coreógrafos de Tango de la República Argentina (AMBCTA) y fue distinguido también como Artista al mérito por el gobierno de la Provincia de Chaco, en el norte argentino.
Coco es tango. El tango hace a su identidad atravesada desde el deseo de sus padres y siendo él mismo, fruto del tango. Tanto en su vida privada como en su vida pública, el tango forma parte de su cosmos y fue su creatividad que le hizo despegar su vuelo desde Chaco a Paris. Es un ser querible, y su personalidad es “tanguera”, él te abraza con su decir y entra en contacto emocional rápidamente con su interlocutor. Habla como baila, de manera seductora, envolvente y muy empática. Hace toda una puesta en escena de su relato: gesticula, se para, camina, actúa los personajes de quienes habla, y narra cada escena que cuenta con una teatralidad natural logrando conmover con una mirada cómplice que dice más que sus palabras. Para Coco, siempre, cada instante, “la vida es una milonga”, y él, sabe cómo arreglarse bien para bailarla con lo mejor de él mismo.
Aquí nos cuenta sobre su recorrido artístico en una charla que nos da orgullo porque Coco es nuestro, lo mejor del tango argentino en Paris.
Coco, contame cómo fue tu trayectoria profesional con el tango y qué significa el tango para vos.
El tango es toda mi vida. El tango es mi madre, es mi padre, mi familia, mi barrio, mi trabajo, es mi gente, es todo para mí. Tengo una vida consagrada al tango y si te tengo que hablar de mí, tengo que hablar del tango. Mis padres se conocieron en una milonga, así que cuando estaba en el vientre de mi madre, ya me hicieron bailar tango (risas). Mi madre tenía 14 años y mi padre 17 años, así que podes imaginarte que lo que más los unió fue el tango. Nací en Resistencia, provincia de Chaco, y años más tarde, ya en Buenos Aires, a mis ocho años gané el primer concurso de tango en la Sociedad de Fomento Villa Esperanza y traté de aprender todo lo que pude, porque el tango se transformó en mi pasión. Llegue a Francia en 1977, un país que me recibió muy bien, y eso que ni sabía una palabra en francés al llegar. En aquella época, el tango no estaba tan difundido como ahora, así que fui uno de los primeros en propagarlo.
Eso te hizo un pionero también en la enseñanza del tango en Francia, y ahora te bautizaron Maestro de Maestros.
Imaginate que pude ver como comenzaban a gestarse las primeras milongas en París y fui organizador de las primeras reuniones a orillas del Sena para bailar tango donde uno podía olvidarse del tiempo. La caída del muro de Berlín fue uno de los hechos que marcó mi carrera y me permitió difundir el tango en la Europa del oeste donde realicé giras con el Sexteto Mayor, el Trío Mossalini y Dino Saluzzi. Por nombrar a algunos, porque no quiero dejar a nadie afuera, con todos llevo los mejores recuerdos: el músico Walter Ríos, bandoneonista, así como del Cholo Mamone, el cantante Ernesto Rondo, Mondi Eichembaum, Héctor Malamud…
Ahora la persona que cuando me veía, me decía: “Maestro de Maestros” y quien me dio el reconocimiento y el respeto, y me permitió armar la biblioteca de Tango en la Embajada de París, fue el ex Embajador, el Señor Archibaldo Lanús, y me dio la posibilidad de poner mis libros de tango y que diera clases de tango en la Embajada. Tengo más de 600 libros de La inauguración fue en el año 1999, y estuvo presente Héctor Negro, Jorge Dragone, y quien también después vino muchas veces fue Horacio Ferrer, José Gobello… Y para ilustrar, te cuento una anécdota de lo que una vez ocurrió en la Embajada Argentina y cuando estaba por bailar con mi ex compañera, y él se acerca y me dice al oído: “bailá que te está mirando nada menos que Ernesto Sábato” y yo le contesté: “¡¿A mí que escribo y dibujo con los pies!” (Risas). Con esta gente he compartido tantas anécdotas y momentos lindos, y eso me lo dio el tango.
Y tuviste también muchas compañeras de baile.
Si, claro, excelentes bailarinas como María Sedano, Elena Villariño, Carolina Iotti, Bibiana Guilhamet, Briguite, Antonia Barrera, Delphine Robin, Gisela Marino, María Rosa Hakiman, Silvia Lezcano, Lea Bridarolli.
Parece que llevar el sello del tango desde antes de tu nacimiento, tuvo algo que ver con tu éxito.
¡Tal cual! Y desde chico quise aprender a bailar, y como no teníamos recursos, iba a mirar bailar en una milonga de mi barrio y fui buscando maestros hasta que a los 24 años me vine a Paris con una Compañía y no me fui más de esta ciudad.
El amor al tango abarca muchas cosas, cuando doy mis clases, trato de transmitir esto a mis alumnos. Además, Francia me dio mis hijos, no puedo pedir más. Desde ya estás invitada al homenaje que me rinden en el Theatre de Verre donde fui invitado en calidad de parrain (padrino) del evento. El tango es ese compartir, organicé muchos encuentros, muchos espectáculos, y todo ese universo forma parte del tango.
Me interesa saber algo más sobre estos encuentros y espectáculos parisinos que son tan reconocidos en el mundo.
Te puedo contar de los bailes organizados por el Comité Latinoamericano, fueron los años en los que tuve la oportunidad de estar en un escenario con Atahualpa Yupanqui, todo un honor y con otros grandes artistas de la talla de Osvaldo Pugliese, Jairo, Raúl Funes, Reinaldo Anselmi, Miguel Filippini, Ciro Perez, Raúl Barboza, Susana Rinaldi o Julio Cortázar, creador del “Trottoir de Buenos Aires” a quien recuerdo por sus importantes aportes al tango. Compartí escenarios con los más grandes: Charles Aznavour, Alain Delon, Julio Iglesias, entre otros.
¿También participaste en cine, no es así?
Si, en la película “Tango Bar” (Juan Carlos Codazzi) y “Tango de la Muerte” (Travinski). Tuve el placer de compartir escenario en México junto a Mariano Mores, en Estados Unidos junto al Sexteto Mayor y en Japón junto a Jorge Dragone.
¡Y como si esto fuera poco, tenés tu propia productora EURL Produccion! ¡Sos muy prolífico! (risas) Contame algunos de los espectáculos que has producido.
Algunos de los que produje yo son: “Paradis Tango”, “Argentinisima tango”, “Swing tango”, “Tango apache” y otras producciones que no son mías, como “Tango reveu” con Armando Caló –hermano de Miguel Caló-, “Mister Tango Mariano Mores”, “Jorge Dragone, Epoque du tango”, “El Bataclan Osvaldo Pugliese Paris”, “Ramón Pelinsky Canada Quartango”, “José Colangelo Tango Mar del Plata”, con Daniel Binelli “Homenaje a Luis Rizzo, con “Color Tango”, con Ernesto Franco, los solistas de D’Arienzo, El cuarteto Centenario Valle en el Trottoire de Buenos Aires. También hay grupos que me vienen a la memoria como el grupo de la película “Tango bar”, fueron Santiago Ayala y Norma Viola quienes nos eligieron a nosotros entre 200 parejas de tango cuando había una audición, y fue gracias al Chúcaro. ¡Y hasta con Rubén Juárez compartí escenario en París y en Canadá!
Y a Buenos Aires, ¿volves cada tanto para entregarnos tu arte?
Si, por supuesto. En el año ’87 participé del Día del Tango en Buenos Aires en el histórico estadio Luna Park junto a doce orquestas de tango y treinta cantantes reconocidos como Alberto Castillo, Roberto Goyeneche, María Graña y tantos otros.
Aparte sos el primer bailarín de Tango argentino que obtuvo la distinción de Caballero de las Artes y las Letras por parte del gobierno francés.
Otro gran honor para mí y todo se lo debo al tango, por eso disfruto transmitiendo todo lo que aprendí y todo lo que obtuve en la vida gracias a él, y hasta tuve el placer de bailar en el día que el Tango fue inscripto como Patrimonio de la Humanidad reconocido por la UNESCO.
He visto en las librerías varios libros sobre tu recorrido.
Si, hay algunos libros que hacen referencia a mi trayectoria como lo son “Coco” Dias ou la porte dorée”, “Talent argentin” y “Medio ciclo de tango”. En pintura he inspirado a artistas como Jean Prévost, Ruso Ferrand y Feder.
Y sé que varios músicos te han rendido homenaje en canciones como “Hermano Coco Dias”, de Gloria Marcó; “Che Coco, bailate un tango”, de Hugo Diaz Cardenas y “Milonga para Coco”, de Héctor Negro y Jorge Dragone. ¿Podríamos decir que estás en el mejor momento de tu recorrido profesional?
Sí, porque además de todo, sigo con muchos proyectos en Francia y Europa. A partir de Septiembre vuelven las clases de Tango argentino que realizo de forma regular en la Embajada de Francia en Paris y brindaré una conferencia de tango junto Michel Anfrol en la misma sede diplomática. Estoy en vías de preparar un espectáculo autobiográfico que propone danza y actuación. La presentación tendrá lugar el 30 de Noviembre en la localidad francesa de Clermont Ferrand. Y me tendré que hacer el tiempo para viajar a Rusia y Japón en 2018 para hacer exhibiciones.
¡Qué más podes pedir a la vida! ¿Cumpliste todos tus sueños?
Mi gran sueño es poder viajar por cada una de las provincias de la República Argentina para que se pueda instalar una escuela de Tango para enseñar nuestra danza de manera gratuita, a los más necesitados.
Y sería un sueño maravilloso que espero que lo cumplas, algo muy importante para la formación escolar ya que el tango hace a nuestra identidad cultural. Gracias Coco, por este encuentro. Será un placer a tu homenaje, gracias por la invitación y por tu gran aporte al tango.