Texto y fotografía: Galit
Como polvo de estrellas
cae sobre nosotros la hora dorada
Parando relojes
No existe el tiempo
Pintándonos de tiernos escalofríos rosados
Cada átomo se pone de pie
Vibrante
Lo único que importa
es que se pone el sol
Lo único que veo
Lo único que sé
Lo único
que logra aquietar mi mente pendular
No hay tiempo
Las nubes se ponen rosadas
por la timidez de su reflejo retratado en el mar
De saber que están en la mira de todos
Por ser hermosas así como están
Perfectas
por un instante
Por una eternidad
En los ojos cálidos
En las caras doradas
penetradas hasta lo más profundo
por la divinidad mundana de un antiguo dios
que cobra sentido
y me llama
y me pide que lo adore
aunque sabe que lo hago
Se escuchan
Yo escucho
viejos ritos
Cantos de sirena
Adoración
Por la existencia
de los ojos
de la piel
de la mente
Conexión divina de la imagen de un dios secreto
que todos conocen
Quien no persiguió alguna vez al sol
nunca vivió,
pensó mi alma.