LAGOS GEMELOS
Luego de pasar algunas horas caminando por el templo Pura Ulun Danu Batran, retomamos la ruta con nuestras motos en dirección a los Lagos Gemelos. Estos lagos se encuentran a media hora del templo y ofrecen una vista exquisita del bosque balinés. Como en todo Bali, hay varios templos cerca que se pueden visitar, pero nuestra ruta seguía hacia el sur.
TANAH LOT
Para llegar al templo Tanah Lot nos dirigimos hacia el suroeste de la isla, por un camino que nos tomó aproximadamente una hora. Calculamos el recorrido para llegar al atardecer, con los últimos rayos de sol, lo que nos regaló una postal soñada de este antiguo templo.
El templo de la tierra en el mar (como se lo conoce) se ubica a unos 100 metros de la costa, en un islote que se cubre casi completamente de agua salvo por algunas horas al día. El templo fue construido por un sacerdote en el siglo XVI y está dedicado a los espíritus guardianes del mar. Luego de disfrutar de la vista y del ruido de las olas contra el templo, retornamos a Ubud con nuestras motos, satisfechos y agotados luego de una hermosa recorrida por la inigualable isla de Bali.
ISLA DE LOMBOK
La isla de Lombok se encuentra al este de la isla de Bali. Para llegar a nuestro primer destino de este archipiélago, tomamos un micro desde Ubud hasta el puerto de Padangbai y desde allí un ferry a las islas Gilli.
ISLAS GILLI
Las islas Gilli, un archipiélago formado por Gilli Trawangan (la más grande y concurrida de las tres islas), Gili Meno y Gili Air, conforman (junto con Kuta Bali) las capitales de la fiesta en Indonesia. Pero a diferencia de Kuta Bali, las islas Gilli son un paraíso del buceo y del snorkel.
Teníamos pensado alojarnos en Gili Trawangan por tres días, pero la isla nos atrapó y nos tuvimos que quedar una semana entera. No hay vehículos en la isla, entonces los únicos tres medios de locomoción son las bicicletas, los carruajes tirados por caballos y los pies humanos. En dos horas se puede dar la vuelta a la isla por la costanera en bicicleta, lo cual habla de una isla diminuta y acogedora.
La fiesta es cosa seria en Gilli Trawangan. En la zona céntrica de la isla hay decenas de boliches y bares, y el expendio de estupefacientes se realiza a plena luz del día. Una vez que llegan las tres de la mañana, todos los bares y boliches cierran y queda solo uno abierto, que va rotando según el día, y que concentra a toda la población de turistas en busca de unas últimas rondas de Bintang (la deliciosa cerveza indonesia que pertenece a la fábrica holandesa Heineken).
Durante el día, la actividad es igual de frenética. Se pueden realizar varios tours en bote para hacer snorkel alrededor de las tres islas y observar tortugas marinas, cardúmenes de peces multicolores y formaciones de coral impresionantes. El único momento en el cual la actividad se detiene en las Gilli es al atardecer: estas bellas islas poseen los atardeceres más dramáticos que presencié en mi vida. Bintang en mano, pies en la arena, locales y turistas disfrutan del show día tras día. Cuando el sol termina de esconderse, los parlantes de los bares vuelven a tomar su rol protagónico.
KUTA LOMBOK
Desde las islas Gilli tomamos un barco hacia el puerto de Bangsal y desde allí un micro hasta Kuta Lombok, en el extremo sur de la isla de Lombok. Debido a nuestra extensa estadía en las trillizas Gilli, solo tuvimos una tarde para caminar un rato por la playa de Kuta Lombok. Al día siguiente, bien temprano, tomamos un avión desde el aeropuerto internacional Bandar Udara hacia la isla de Flores.
ISLA DE FLORES
La isla de Flores está ubicada en la provincia de Nusa Tenggara Oriental, entre el mar de Savu y el mar de Flores. El atractivo principal de esta región de Indonesia son los dragones de Komodo. Pero esta isla no solo tiene una fauna realmente llamativa, sino que sus habitantes y sus paisajes son totalmente exóticos y diferentes a los del resto de Indonesia. En nuestro viaje por esta isla recorrimos cuatro ciudades: Labuan Bajo, desde donde visitamos el Parque Nacional Komodo, Bajawa, Ende y Moni, desde donde visitamos el volcán Kelimutu, uno de los lugares más espectaculares de Indonesia.
LABUAN BAJO Y PARQUE NACIONAL KOMODO
Llegar a Labuan Bajo es sumamente sencillo, ya que cuenta con un aeropuerto recientemente renovado. La ciudad es pequeña y acogedora, pero no tiene muchos atractivos, más allá de su puerto y de los puestos de venta de comida (sobre todo mariscos y pescados frescos) que se encuentran sobre la costanera. Sin embargo, esta ciudad funciona de puerto para las excursiones que salen diariamente hacia el Parque Nacional Komodo.
Embarcamos bien temprano al otro día de llegar a Labuan Bajo hacia la isla de Rinca, nuestra primera parada en el Parque Nacional Komodo. El viaje en barco no tuvo tanto que envidiar al que luego haríamos en la Bahía de Ha Long, ya que las formaciones que se elevaban caprichosamente a nuestros costados eran magníficas. Protegidos por nuestro guardaparque, armado con un palo y mucha confianza, salimos a recorrer la isla en busca de los últimos dinosaurios que habitan nuestro planeta: los dragones de Komodo.
Por suerte, no tuvimos que caminar mucho para encontrarlos. Muchos de ellos estaban descansando debajo de la proveeduría (que también funciona de cocina) que se encuentra a los pocos metros de entrar al parque. Los olores de la comida humana también atraen a los dragones, nos contaron.
También nos contaron que los dragones son criaturas feroces, que cazan jabalíes, monos y hasta ciervos. Las crías de los dragones, ni bien salen del huevo, trepan a los árboles y se esconden dentro del tronco. ¿Por qué trepan? Porque si no lo hacen, sus madres se las comen. ¿Por qué se esconden dentro de los árboles? Porque si no se las comen las aves. Vaya primer día para los pequeños dragoncitos.
Después de una caminata de unas dos horas partimos hacia la isla de Komodo, para ver si teníamos la misma suerte. Esta isla tiene una flora y una geografía completamente diferente a la anterior. A pesar de los comentarios desalentadores de un guardaparque que nos cruzamos en el camino, tuvimos suerte nuevamente, y esta vez no encontramos a los dragones descansando plácidamente debajo de la cocina, sino en su propio hábitat: en la selva espesa. Antes de embarcar nuevamente, nos cruzamos con otro dragón, un jabalí y un ciervo: todos asistieron a la fiesta y nos querían saludar. Para cerrar una visita soñada y un primer día agotador, amarramos en una bahía ignota y presenciamos una migración de murciélagos. En esa cena tuvimos mucho de que hablar, antes de dormir bajo las estrellas en nuestra pequeña pero acogedora embarcación.
El segundo día de la excursión incluyó uno de los platos fuertes de mi viaje por el sudeste asiático. Luego de navegar unas dos horas, nos estábamos preparando para hacer snorkel cuando nuestro capitán avistó algo debajo del agua y nos gritó: ¡ahora! ¡Ahora! Saltamos y allí estaban. Un grupo de unas siete manta rayas nadando elegantemente al unísono. La imagen sigue muy fresca en mi mente y tal vez así sea por mucho tiempo más. Fue un espectáculo realmente conmovedor. De repente, y como para completar el show, un tiburón de arrecife pasó a saludar cuando nadie lo esperaba. La corriente marina y la profundidad crearon un escenario drástico, y tuvimos que salir del agua, agotados, pero inmensamente contentos.
Tras otra hora de viaje, amarramos en una pequeña playa con aguas pocos profundas para disfrutar de otras horas de snorkel. Aunque estábamos agotados, nadie se quedó en el barco. Y realmente pagó sus frutos: las vistas debajo del agua fueron mágicas, y nadamos como los demás peces entre arrecifes de coral azules, rosas y blancos brillantes, de un color casi radioactivo. Almorzamos en el barco y otra vez, y hasta que volvimos al puerto de Labuan Bajo, tuvimos mucho de qué hablar.