El jueves 18 de abril, tuve el honor de ir a ver la obra Desencajados en el Ciudad Cultural Konex. La misma es un diálogo con el filósofo Darío Sztajnszrajber y el público, aunque más que un diálogo en sí, son clases que tratan diferentes temas como el amor, Dios, el poder, el tiempo, entre otros desde su perspectiva filosófica. En su mismo espacio, en conjunto con una banda sonora conformada por excelentes músicos (guitarra, batería y bajo) y la cantante Lucrecia Pinto, quien me fue sorprendiendo a la medida que el tiempo transcurría, se desarrolla la obra.
En sus monólogos, Darío hace reflexiones de los temas que mencioné previamente, haciendo alusión a filósofos como Nietzsche, Platón, Derrida, Welte, etc, para meterse y meternos en temas tan delicados y complejos. Constantemente plantea interrogantes, que como espectadora te hacen pensar y te hacen reflexionar, pero al mismo tiempo querés seguir escuchando lo que te va a decir. Tiene un ritmo preciso para que te cuestiones sin perderte. Preguntas que te descolocan, que te llevan a lugares internos que estaban abandonados o que ni sabías que existían.
¿Cuándo fue la última vez que te soltaste a lo propio y te abriste a la pregunta?¨. ¿Dónde está el otro?¨, ¨¿Cuándo fue la última vez que te detuviste porque sí¨?.
Como amante de la filosofía, fue una experiencia única, donde la piel de gallina, las carcajadas e incluso las lágrimas, estuvieron más que presentes.
La banda sonora toca temas de rock nacional, que se ven invadidos, o viceversa, por enigmas filosóficos. Conectados, pero desencajados en un mismo espacio, Darío y Lucrecia logran ambientar, desarrollar, y cerrar por todos los lados posibles el mismo título de la obra y nos invitan a pensar, a sentir y a indagar. Nos enseñan que a partir de las diferencias, nace una creatividad y un trabajo artístico único.