
Desde su nacimiento, La Catedral del Tango -declarado sitio de interés –cultural-, nos ha abierto sus puertas para festejar el bautismo y todos los cumpleaños de EL INCONSCIENTE, pero, dada la pandemia que asola al mundo, este año lo celebramos de una manera diferente. Pese al dolor por las pérdidas de vidas, el equipo de Inconscientes que conforma esta revista digital, seguimos adelante escribiendo para que nuestros lectores puedan atravesar acompañados este difícil tiempo. Transitar una pandemia mundial implica enfrentar de forma cruda la vulnerabilidad del ser humano y, al mismo tiempo, tolerar la herida narcisista que nos infringió el descubrimiento de lo Inconsciente. Freud lo hizo metáfora con su famosa frase: “el Yo no es amo de su propia casa”, es decir, no se es dueño del interior en el que pueda alojarse. Poder escuchar que somos hablados por otros y que esos otros nos constituyen, hace al Inconsciente colectivo.
Esta pandemia mundial nos hizo revalorizar el encuentro con otro, el deseo de ser abrazados y de abrazar a nuestros seres queridos, y aprender a hacer uso de los avances de la tecnología para acercarnos y no para alejarnos.
EL INCONSCIENTE siempre lo supo y ahora todos descubrieron que los artistas son esenciales. Son tan esenciales como los médicos, enfermeros y todo el personal de la salud que viene trabajando incansablemente desde hace seis meses para evitar más muertes y para recuperar a las personas que se han contagiado. Gracias a los artistas se aliviana el peso del malestar de este período que nos toca vivir pudiendo tener momentos de placer donados con su arte a la vez que compartiendo su savoir-faire con generosidad. Hoy los artistas tienen más tiempo y se prestan a charlar con nosotros por las redes sociales, y tenemos la oportunidad de conocerlos más desde la intimidad del hogar, los humanizamos reconociendo la pena que sienten por no poder subirse a un escenario y darnos todo lo que los apasiona. Son los artistas que nos hacen sentir que “la vida es bella” en el despliegue mágico de sus ficciones y desde la hondura de su verdad. Son los artistas que están haciendo un enorme esfuerzo por traernos propuestas innovadoras que mantengan vivo su arte aún cuando las luces de los escenarios están apagadas.
EL INCONSCIENTE siempre lo aprecia: los psicoanalistas ejercemos una función fundamental. Y si bien nuestro equipo de psicoanalistas ya veníamos trabajando online y en diferentes idiomas, aquellos que sólo recibían consultas en sus consultorios, ahora tienen acceso a constatar que pueden responder a las demandas de quienes no hubieran consultado nunca, personas de otras culturas, y además, de pueblos que no tenían las mismas posibilidades de elegir un analista por estar lejos de la ciudad. Si el psicoanálisis es una cura que se funda en el amor de transferencia, en este tiempo hay más amor por el psicoanálisis y por nuestros consultantes que hacen que el espacio del análisis no sólo les permita sostenerse, sino reformular el sentido de una existencia para salir airosos del debate intrínseco a la condición humana con la pulsión de muerte. Nuestros analizados se metamorfosean y se reinventan al mismo tiempo junto a sus analistas.
EL INCONSCIENTE siempre valora a los escritores. Aquellos quienes consiguen introducirnos en un mundo de fantasías, de sueños y de poesía.
EL INCONSCIENTE en estos cinco años ha crecido y está logrando una de las metas deseadas por el staff internacional de escritores Inconscientes: fractalizarse en su expansión por diferentes continentes, sobre todo el universo latinoamericano, europeo y francophone en una retroalimentación con otras culturas.
Nuestro eterno agradecimiento para todos.