Fotos: Alejandro Carmona

Volver al Nun Teatro, en su reapertura, ya me tenía contento.
El nombre de la obra me provocaba mucha expectativa e intriga sobre lo que iba suceder en escena y hacia donde iba a ir el relato.
Jorge se presenta en primera persona con un relato ameno sobre su cotidianidad.

Cómo un suceso atemporal, en corto tiempo, nos muestra todo su ser a través de diferentes canales; los vínculos, la comida, las relaciones amorosas.
Está en movimiento se enriquece y nos deslumbra con su cuerpo en cada golpe, en cada ritmo, en cada melodía de su experiencia.
Jorge nos lleva a un paseo de diferentes dimensiones. Lo tan cercano y acogedor del relato. Lo mundano y su transformación a lo espiritual y el recuerdo de su niñez.

Con el autoanálisis y sus preguntas me hizo pensar mucho en una cuestión generacional de la contención y la conexión con nuestros padres y abuelos. Mediante el consumo y el registro visual de los empaques. La sensación de la comida en cada evento familiar. La nostalgia. El formato y la angustia. Los miedos.
Jorge te abre su corazón.

