Mostro es una obra del género del absurdo de Emilio Ferrero. Cuenta la historia de una pareja que se ve amenazada ante la llegada al hogar de un monstruo que, en realidad, es un monstruo de juguete que compra el marido como diversión, ante el asombro de su mujer.

De repente el monstruo se mete debajo de la cama y ambos intentan infructuosamente sacarlo de allí; sin tener en cuenta que los monstruos de sus vidas tienen su propia autonomía.

La pieza metaforiza sobre aquellos fantasmas del pasado que se alojan en algún lugar recóndito del alma. El monstruo representa aquello que muchas veces ponemos debajo de la alfombra. Revelación de un pasado que había estado oculto sin saber qué todo lo que queremos esconder, suele de alguna manera aflorar, manifestarse.

Este es el faro en torno al cual gira la obra. Jugada en un tono de comedia dramática si bien nos dibuja una sonrisa, al mismo tiempo, nos invita a conectarnos con nuestros propios monstruos internos que no desearíamos enfrentar pero que son tan fuertes que se nos imponen.

El monstruo, aquí en este caso, pone a la pareja en una especie de estado de descomposición.

Muy buenas interpretaciones de Mónica Stricker y Gabriel Lenn y una muy lograda puesta en escena y dirección de este último.