
Lo quiero ya… título nada inocente. Lo quiero ya caracteriza el estado actual de nuestro mundo: hiperconectado, hiper consumista, hiper individualista, y cualquier otro hiper que encuentres encaja de manera perfecta. En este mundo hipermoderno -término acuñado originalmente por Gil Lipovetsky-, convive con múltiples paradojas: la rapidez contra la falta de tiempo, el desempleo contra el workaholic, el sujeto se auto explota, vivimos la paradoja de estar cerca a pesar de la distancia, saturación de información transformada en una sobreinformación con muy poca profundidad. Conectividad múltiple contra personas que están totalmente fuera de ellas.
Importa la mirada del otro, lo importante es mostrarse, ser mirados, ser exitoso, rechazo del fracaso. Correr, correr y no parar. Falta la capacidad de decir no. En este musical, se dedica un tema exclusivamente a tratar la necesidad de poder usar la declaración del no, un no que puede salvar vidas, un no necesario para dignificarse en el día a día.
A través de las talentosas interpretaciones del elenco se aprecia el desarrollo de un día en la ciudad, sus historias, fantasías, y sus ganas de hacer. Todos y todas están “las 24 hs conectadxs”, con un asistente personal por medio de una aplicación que llevan en sus celulares. Este asistente es el que los aconseja para que “logren sus objetivos”, propuestas fast food acordes a la necesidad de “lo quiero ya”. Músicos en escena acompañan minuto a minuto las interpretaciones.

La dirección de Marcelo Caballero fue galardonada por los Premios Hugo como así también lo fue la obra por representar al mejor musical off.Cabe destacar que también recibieron el premio Nacional a la producción Artística en teatro musical.
Hay un gran trabajo en equipo el cual se percibe desde el minuto cero hasta el fin.
Dinámico, de calidad, excelentes interpretaciones en las que se deja plasmado las características de esta era.
“El mundo es para el hombre un enorme objeto para satisfacer sus apetitos: una botella grande, una manzana grande, una teta grande … el hombre a llegado a ser el gran lactante”, así lo metaforizó Erick Fromm.
¡Por todo lo anterior y por más «Lo quiero ya»!