La sala nos recibe con efectos visuales y sonoros “al palo”. Nos sumerge en la exacerbación de la monstruosidad de lo que vamos a ver y oír. DJ Beya, como maestra de ceremonias, nos alerta: ¡Esta es mi iglesia! y, a partir de allí, se adueña de la ceremonia. Nada será convencional, ni la forma … Sigue leyendo