
La obra de Ricardo Halac completa una trilogía de historias sobre la relación judeo española a través de los tiempos y desde diferentes ópticas. En este caso se centra en la vida de Juan Bautista Diamante, dramaturgo prolífico del Siglo de Oro español, “olvidado” por ser de origen judío y que Halac escribió a partir de documentos que existen. Las tres obras (“Mil años, un día”, “La lista” y “Marcados de por vida”)analizan la expulsión de los judíos de España, la vida de los conversos en la Buenos Aires de 1600 y el judaísmo frente a la Inquisición durante el Siglo de Oro español. Son temas que casi ni se conocen y es por eso que el teatro debe hacerlos visibles para exorcizar fantasmas y “ponerle luz a temas tan distorsionados y ocultos”, parafraseando la contratapa del texto publicado por Cuadernos de Dramaturgos II, con un contundente prólogo de Silvina Schammah de Gesser de la Universidad de Bar Ilán, Israel. Hay que hacer referencia, en esta impresión, a la fotografía de Nacho Lunadei y el diseño de imagen de Nahuel Leandro.
En El Método Kairós sube a escena esta puesta de Lizardo Laphitz en la que sobrevuela, todo el tiempo, la impronta de Halac. Poética, irónica y tan actual que nos sorprende. Nos adentra en los prejuicios,” la autocensura y la necesidad de desdibujarse para pertenecer” al decir de Schammah. Laphitz nos tiene acostumbrados a las puestas y dirección de actores minuciosas y sin concesiones. Desde la primera frase a la última están tan internalizadas en el director y los actores que conmueven hasta los huesos. Nada queda al azar; todo está planeado, estudiado y concretado a la perfección. El gran valor de Halac y de Lapithz es hacer que un tema de nuestra historia sea tan contemporáneo que nos da miedo.

La escenografía de Victor de Pilla parece exacta; nada está de más y todo lo que está en escena es consecuencia de una acción o lleva a un desenlace. El vestuario de Alicia Gumá nos introduce en la época sin desdibujarnos la actualidad del texto. Ambos,pilares del Instituto de Diseño “Saulo Benavente”, nos dan una pequeña clase de cómo se “dibuja y viste una historia” en cada participación suya en los escenarios y pantallas argentinas. Hay que destacar la realización del vestuario de Anusha Guerenstein y Natali Sánchez que plasman en los hechos las ideas de la diseñadora. Muy buena confección y consumación de los detalles, teniendo en cuenta lo intimista de la sala y la proximidad del público. Todo se completa con un sugerente diseño de iluminación de Lizardo Laphitz que por momentos recrudece la desesperación de los personajes.
Y llegamos a los “cuerpos” que nos cuentan el texto de Halac. José Escobar da vida a Juan Bautista Diamante, el escritor que necesita ser un “converso” para poder pertenecer a la casta de autores de ese Siglo de Oro español (Lope de Vega, Calderón de la Barca); el actor refleja, tanto en su decir como en su corporalidad, la dualidad de sentimientos del personajey, muchas veces, nos hace sentir identificados con él en cuanto a las decisiones que debemos tomar para vivir. Lizardo Laphitz, en su Don Fermín Sánchez que pertenece al sistema de vigilancia y persecución de la Inquisición, impone su voz y su figura y nos recuerda que esos funcionarios se parecen mucho a algunos de la actualidad. Hay que destacar, en este punto, la expertiz de Laphitz en el hecho de poner una directora asistente, Gabriela Clavel, que supervisa los momentos en que él está sobre el escenario dejando su labor directriz. Esta acción pone en relieve la inteligencia y la humildad del director, entregándose al personaje sin descuidar la dirección. Y Carla Di Amore que nos regala una María que nos hace erizar la piel. Su composición surge desde sus entrañas y aparece en cada palabra, en cada gesto y, por sobre todo en su lucha por preservar la memoria de un pueblo; su canción final es ¡estremecedora!

En el Kairós nos espera MARCADOS DE POR VIDApara interpelarnos, desde la historia, sobre nuestras actitudes frente a “la realización personal, la movilidad social, la ambición por la realización personal, el afán de prestigio, la identidad, la dignidad, la memoria colectiva” que, al fin y al cabo, son inherentes a la condición humana.
Ficha técnico artístico
Autoría: Ricardo Halac
Intérpretes: Carla Di Amore, José Escobar, Lizardo Laphitz
Vestuario: Alicia Guma
Escenografía: Victor De Pilla
Diseño de luces: Lizardo Laphitz
Realización de vestuario: Anusha Guerenstein, Natali Sánchez
Fotografía: Nacho Lunadei
Comunicación: Juan Halac
Diseño gráfico: Nahuel Leandro
Asistencia de vestuario: Anusha Guerenstein, Natali Sánchez
Producción ejecutiva: Juan Halac
Director asistente: Gabriela Clavel
Dirección: Lizardo Laphitz