Me cuenta un amigo seguidor de un gurú renombrado, discípulo de Osho, con dos mujeres oficiales y un par de amantes, que, luego de estar viviendo y trabajando en su granja y cooperando en todo a cambio de estar cerca del maestro durante años, un buen dia empezó a aplicar las enseñanzas de Osho con una amante del gurú, acción que le valió su excomulgación de la orden. A colación escribí estas líneas:

Duerme el ortiba su sueño de verdades,

felicidad patentada,

mujeres y demases…

su insuficiencia no ha maculado tu perdón, poeta,

tu corazón no ha tardado un segundo en ocuparse.

Asomado al abismo del artista,

don Instante no ha dudado ni un instante,

y se ha puesto la gorra como un vi(L)gilante.

Que nunca dejen de arrebatarte verdades de papel,

que se llenen con tu tinta de saudades,

que no descanse tu amor por vanidades,

que el cauce de tu asombro drague tu coraje.

Nada y pan para el poeta y banana a los primate (S/)

PORQUE…

El tango me levantó de la calle y la apatía,

el tango me dio la alegría de no sentirme tan colo,

no soy solo porque rolo cada noche en la milonga,

cuando mi pecho le ronca su pasión a las chirusas,

unos tomando papusa,

otros curda,

otros careta,

todos le ponen la jeta a la vida por el tango

y se plantan sus tamangos,

en la tierra pa’ gozar,

porque aunque van a crepar,

todos saben que no es suerte,

cantarle a la misma muerte

y saberla gambetear.