Técnica: Xilografía.
Porque el tiempo lo destruye todo. Porque algunos actos son irreparables. Porque el hombre es un animal. Porque el deseo de venganza es un impulso natural. Porque la mayoría de los crímenes quedan sin castigo. Porque la pérdida de un ser amado destruye como un rayo. Porque el amor es el origen de la vida. Porque toda la historia se escribe con esperma y sangre. Porque la pérdida de un ser amado destruye como un rayo. Porque el amor es el origen de la vida. Porque toda la historia se escribe con esperma y sangre. Porque las premoniciones no modifican el curso de los acontecimientos. Porque el tiempo lo revela todo. Lo mejor y lo peor.
Técnica: Xilografía.
Usted cuenta la historia de un niño.
El día se asoma en las ventanas.
Ella abre los ojos, dice: Deje de mentir. Ella dice que espera no saber nunca nada de la forma en que usted sabe, usted sí sabe, por nada del mundo. Dice: No quisiera saber nada de la forma en que usted sabe, sí sabe, con esa certeza que proviene de la muerte, esa monotonía irremediable, igual a sí misma cada día de su vida, cada noche, con esa función mortal de la falta de amar.
Dice: Ya es de día. Todo va a empezar, excepto usted. Usted, usted no empieza nunca.
Usted pregunta de dónde podría surgir el sentimiento de amar. Ella le responde: Quizás de un fallo repentino en la lógica universal. Dice: Por ejemplo de un error. Dice: Nunca por quererlo. Usted pregunta: ¿ el sentimiento de amar podría surgir de otras cosas aún ?
Ella dice: De todo, de un vuelo de un pájaro nocturno, de un sueño, del sueño de un sueño, de la cercanía de la muerte, de una palabra, de un crimen, de uno, de uno mismo, de pronto, sin saber cómo.
Dice: Mire. Abre las piernas y en el hueco de sus piernas separadas ve usted por fin la negra noche. Usted dice: Era ahí, la negra noche, es ahí.
Extraído de El Mal de la Muerte, de M. Duras.
Título de la obra: Ella vendría con la noche…
Técnica: Aguafuerte
El señor, paladín de las causas populares, de nombre elogiado en los diarios, dígame, por gentileza, si alguna vez en la vida se dignó a pensar en las putas, excepto, claro, en las inconfesables ocasiones en las que las necesitó para revolcarse en la cama, pues hasta los incorruptibles necesitan satisfacer la carne, están sujetos como todos al instinto. Lecho infame, carne vil, bajos instintos en opinión del mundo entero.
¿Sabe usted que es un excelente negocio tener casas de alquiler en las zonas de prostitución ? La policía localiza las zonas de acuerdo a sus intereses políticos, premiando a parientes, a amigos y correligionarios. Porque el alquiler de las casas para las putas es mucho más elevado que el de las casas de familia. ¿Sabía algo de esto el bravo campeón de los explotados? Además, para ellas todo es más caro y más difícil, y todos lo encuentran bien, nadie protesta. Ni siquiera el noble defensor del pueblo. ¿Lo sabía? , pues sépalo. Y sepa también que el desalojo de las putas se hace con independencia de cualquier acción judicial, basta con que lo decida la policía, la orden de un comisario y ya está, la mudanza tiene que hacerse. La puta no puede elegir dónde vivir y ejercer.
Cuando una puta se desviste y se echa para recibir a un hombre y darle el supremo placer de la vida a cambio de una escasa paga, ¿sabe ilustre combatiente de la justicia social, cuántos están comiendo de esa escasa paga ? El propietario de la casa, el sublocador, la celestina, el gigoló, el comisario, el tira, el gobierno. La puta no tiene quien la defienda, nadie se levanta por ella, los diarios no dedican ni una columna a describir la miseria de los prostíbulos, es asunto prohibido. La puta es sólo noticia en las páginas de crímenes, ladrona, drogada, mariposa del vicio, presa y procesada, acusada de todos los males del mundo, responsable de la perdición de los hombres. ¿ Quién tiene la culpa de todo lo malo que pasa en el mundo ? Las putas, sí señor.
¿El indomable abogado de los oprimidos tomó acaso conocimiento de la existencia de millones de mujeres que no pertenecen a ninguna clase, repudiadas por todas las clases, puestas al margen de la lucha y de la vida, marcadas a hierro y fuego ? Sin carta de reivindicaciones, sin organización, sin manifiesto, sin bandera, sin horario, podridas de enfermedades, sin médicos en sanatorios ni camas en hospitales, con hambre y con sed, sin derecho a pensión, a fiestas, a hogar, sin derecho a tener amor, sólo putas. ¿ Lo sabe ? Si no lo sabe sépalo de una vez por todas.
Las putas, en fin, son un problema policial. ¿ Pero se imaginó, caritativo padre de los pobres, si un día las putas del mundo unidas decretasen una huelga general, cerrasen la flor y se negasen a trabajar ? Es como pensar en el caos, el día del juicio final, el fin de los tiempos.
El último de los últimos encuentra alguien que luche por él, las putas no. Soy el poeta Castro Alves, muerto hace ya cien años, de la tumba me levanto, en la plaza que lleva mi nombre y monumento en Bahía, subo a la tribuna de donde clamé por los esclavos, en el teatro de San Juan que el fuego consumió, para reunir a las putas y decir basta.Extraído del libro Teresa Batista Cansada de Guerra, de Jorge Amado.