Por Dra. Raquel Tesone
Para transmitir a donde nos lleva “Los caminos de Federico” solo me queda recurrir a las palabras de García Lorca:
“El duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar. Yo he oído decir a un viejo maestro guitarrista: «El duende no está en la garganta; el duende sube por dentro desde la planta de los pies.» Es decir, no es cuestión de facultad, sino de verdadero estilo vivo; es decir, de sangre; es decir, de viejísima cultura, de creación en acto.”
CRISTINA BANEGAS, sin lugar a dudas, está poseída por un duende. Es una actriz con mayúsculas, con un estilo versátil cuya característica particular, es el color y la modulación de su voz, donde parece que el duende le pasa por la garganta. Su actuación nos hace sentir que su duende recorre también nuestra sangre y nos sube desde la planta de los pies logrando conmover y llegar a su público desde las entrañas hasta el corazón Si hasta ahora nadie puso en duda que es una de las mejores actrices y la más destacada en nuestro país; con esta obra, deja su impronta sellando por siempre esta apreciación del público.
Este «poder misterioso que todos sienten y que ningún filósofo explica» es, en suma, el espíritu de la tierra, el mismo duende que abrasó el corazón de Nietzsche”.
Ese poder del duende ha tomado el corazón de Cristina Banegas, quién no recita los textos de García Lorca, sino que los encarna haciendo que los espectadores sientan con emoción cada una de sus palabras y puedan “visualizar” los sentimientos más profundos de cada personaje.
“(…) al duende hay que despertarlo en las últimas habitaciones de la sangre”
Cristina Banegas, lo despierta y su actuación por momentos, sangra, pega fuerte, impacta, trasunta pasión, vehiculiza afectos y un abanico de emociones de un despliegue sorprendente. Su actuación es el mejor homenaje que puede tener Federico García Lorca, eximio dramaturgo y poeta español. Además, es una obra que realizó su amigo y colega, el gran actor Alfredo Alcón, hace casi treinta años atrás, escrita con Luis Pascual en 1987 en base a la vida y obra de García Lorca, fundado en poemas, cartas y textos destacados del poeta. Por lo cual, Cristina Banegas honra la memoria de Alcón y le rinde un homenaje maravilloso y de un nivel artístico inigualable.
“La verdadera lucha es con el duende. Para buscar al duende no hay mapa ni ejercicio. Solo se sabe que quema la sangre como un trópico de vidrios, que agota, que rechaza toda la dulce geometría aprendida, que rompe los estilos, que se apoya en el dolor humano que no tiene consuelo”
Y si, Cristina Banegas, nos demuestra que su lucha con el duende viene desde hace muchos años cuando eligió ser actriz y rechazó todo lo aprendido para inventarse como actriz. Cristina expresa el dolor humano y el dolor de un poeta adelantado a su época, que pagó con su vida la ética de su arte.
“La llegada del duende presupone siempre un cambio radical en todas las formas. Sobre planos viejos, da sensaciones de frescura totalmente inéditas, con una calidad de rosa recién creada, de milagro, que llega a producir un entusiasmo casi religioso. Todas las artes son capaces de duende, pero donde encuentra más campo, como es natural, es en la música, en la danza y en la poesía hablada, ya que estas necesitan un cuerpo vivo que interprete, porque son formas que nacen y mueren de modo perpetuo y alzan sus contornos sobre un presente exacto”
Ese cambio radical, esa frescura inédita, ese milagro, ese cuerpo vivo que habla con y desde el cuerpo, con las tripas, con la voz, con la mirada, con los gestos, con las manos, es el gran logro de Cristina Banegas. En ese sentido, es una cita ineludible para actores, directores, y todo aquel que ame el teatro, y por supuesto, que ame a Federico García Lorca. Con una puesta donde solo se destaca las diferentes composiciones de los personajes, el escenario con una cortina negra de fondo en un teatro, como el Centro Cultural de la Cooperación, perfecto para el encuentro con esta actriz, Banegas, vestida de negro, y con su cuerpo y alma arriba del escenario, nos regala su duende. Es destacable la iluminación de Gonzalo Córdova, la sigue en cada cambio de personajes y en cada uno de sus movimientos, y la realza de manera extraordinaria. El director, Jorge Vitti, extrae lo mejor en cada una de las interpretaciones de Banegas, a tal punto es así, que más de la mitad del público presente, la espera a la salida para abrazarla embargados de emoción y con lágrimas en los ojos
¡Gracias Cristina por esta entrega de tu duende que te consagra de aquí a la eternidad como una de las mejores actrices del mundo!