TEATRO

ANALIZAME: «EQUUS» de PETER SHAFFER, DIRECCIÓN CARLOS SORIN

Equus - Peter Lanzani y Rafa Ferro

Por Dra. Raquel Tesone

Si alguien sigue sin comprender en nuestra cultura psi porteña, porque los analistas tenemos que analizarnos como condición sine qua non, vayan a ver Equus. En esta obra podrán asistir a los tormentos por los que transita un psiquiatra inglés en los años 70 atendiendo a un adolescente de 17 años que atacó con un punzón a cinco equinos. La cuestión de la ceguera nos remite al final de la tragedia griega de Edipo Rey, y en esta obra, no faltan condimentos edipicos con una madre que desde niño le inoculaba su fanatismo religioso a través de cuentos y leyendas siniestras relacionadas con caballos, con un padre que contrariamente a la madre, estaba más del lado del pecado carnal en su extrema “picardía” y un recuerdo infantil donde fue castigado luego de montar a un caballo. Un cóctel demasiado obvio para promover una grave perturbación, pero el acento está más puesto en los cuestionamientos del psiquiatra que en el caso en sí.


Martin Dysart, el psiquiatra, durante el tratamiento,  se replanteará su propia vida a través de este joven paciente. Pero lamentablemente, sólo cuenta con una colega que lo escucha muy poco, con la que tampoco puede desplegar su libido porque siempre parece apurada, y con deseos de “encaminar” al joven en la “buena senda”.  Esta obra es una crítica a la psiquiatría con influencias de la antipsiquiatría donde lo que se pone sobre el tapete es quién está más “loco”, si el paciente que se encuentra arrastrado por una pasión desenfrenada y religiosa hacia los caballos o el psiquiatra que carece de toda pasión. La otra cuestión que se pone en juego, es que en nuestra profesión, la carencia del análisis del analista, conduce a un vínculo iatrogénico donde es el paciente quien parecería estar “curando” al psiquiatra y no a la inversa (si es que podemos hablar de una cura en el sentido médico, pero aquí cabe ya que el protagonista es un psiquiatra). El psiquiatra aparece como alguien que insta a su paciente a contar los hechos, por momentos, parece un cura que lo invade y lo obliga a la confesión y por otros, se asemeja a un interrogatorio policial.

Otro tópico que deja abierta la obra es si el psiquiatra tiene el poder de domesticar las pasiones de sus pacientes, y si fura así, si lo que se lograría, sería una adaptación social que implica el pasaje ineludible por la represión de los impulsos. Si es este el resultado, podemos pensar que el psiquiatra tiene un gran poder. Sabemos que hay psicofármacos que apunta a “normalizar”, pero considero personalmente que lejos estaría de estar investido de ese poder un analista que se precie, ya que sólo podemos domeñar las pasiones y canalizarlas, si el paciente está dispuesto a tomar el camino de la sublimación.

La dirección de Carlos Sorín, siendo su la primera obra de teatro que dirige este reconocido cineasta, tiene aristas interesantes. Con una puesta de un escenario que va rotando según las escenas que permite que todos los espectadores podamos observar desde nuestros asientos, aunque por momentos distrae. Lo mismo para los caballos, si bien es una excelente composición humana, el ruido metálico de las pisadas, en ocasiones, va en detrimento de la sonoridad y de la escucha de las voces de los actores.

Es destacable la interpretación de Peter Lanzani y Rafael Ferro que tienen actuaciones parejas con una gran entrega de parte de ambos,

Equus - Peter Lanzani y Rafa Ferro

En cartel en el Galpón de Guevara  

 

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