Petra, (Sebastián De Marco), una anciana de más de noventa años, se siente ahora, más que nunca, con ganas de aprovechar el tiempo que le queda y cumplir su sueño: ser una exitosa cantante y vivir con el gran amor de su vida. Para lograrlo, deberá sortear el obstáculo más grande de su vida: Antonia, su madre (Mauricio Chazarreta), una mujer mezquina que, carcomida por la ferviente envidia que siente hacia ella, se hace pasar por una mujer enferma, atando a Petra a una falsa obligación de cuidarla hasta el fin de sus días y sometiéndola a todo tipo de malos tratos y humillaciones. En el límite de lo extremo, cada espectador podrá reflejarse en algunas de las escenas y situaciones que son comunes al vínculo madre / hija, y a la vez, es un canto a la esperanza y a que los sueños trascienden la edad si uno se siente vivo.

Una comedia dramática muy difícil de olvidar con la que más de uno se identificará pues  aborda una de las relaciones que nos constituyen como seres humanos y la problemática del amor y el odio que puede atravesar ese lazo tan profundo y tan conflictivo al mismo tiempo.

Toda esta tragedia tiene su contracara y no deja de ser una comedia que les promete risas, y mucho (muchísimo) entretenimiento.

Cuenta con excelentes actuaciones que al ser del sexo opuesto le da un toque tragicómico, y una dirección y una puesta magnífica.