Antígona, pieza clásica de Sófocles, recrea la historia de esta hija de Edipo y Yocasta, hermana de Ismene, Eteocles y Polinices. Estos dos últimos, enfrentados, mueren y el rey Creonte decide que es el primero quien merece los honores de un entierro determinando condenar a muerte a quien intente darle sepultura al segundo. Antígona, amada de Hemón, hijo de Creonte, desobedece al rey y por esto es condenada a morir.
Al clásico tema de la vida y la muerte, la guerra y la paz, la venganza y el destino, está Antígona está centrada en la desobediencia y en el conflicto entre la ley de los hombres y la de los dioses. La desobediencia se cuela en este conflicto y se arraiga en un deseo: que sus dos hermanos tengan el entierro que se merecen. Lo justo, ¿es lo moral? La libertad de elegir es vedada por el hecho de tener que arrodillarse ante las leyes divinas y de los reyes. En esta disputa se desarrolla, como consecuencia, la tragedia. Es que el Destino es fundante del teatro griego, de manera tal que la tragedia está sellada desde el comienzo.
Esta problemática que plantea esta tragedia está pensada en clave feminista, desde el lugar que se le otorga y que asume o no la mujer en la sociedad y en su necesidad de salir del sometimiento patriarcal, aunque cueste la vida. ¿En qué ha cambiado la voz de la mujer desde hace 2500 años?
Antígona, en esta obra rinde tributo a la desobediencia y a la rebeldía de la mujer como posición ética frente a la vida: es un no rotundo al sometimiento, un compromiso con los propios valores que cuestionan las supuestas verdades heredadas, a no claudicar, aún a riesgo de morir.
En este punto reside la originalidad de esta puesta en escena que cuenta con una magnífica actuación de Daniel Miglioranza y una muy buena interpretación de Carla Pantanali Sandrini, quienes dan vida y muerte a Creonte y Antígona respectivamente.
Una Antígona original, vigente, que se corre del deber moral para sostener el principio de la justicia.
Amor y odio, guerra y paz, justicia e injusticia, venganza y destino, son los hilos conductores de esta puesta que logra conmovernos y apuntar contra la banalización y sometimiento del lugar de la mujer.
Funciones:
Teatro El Tinglado
Mario Bravo 948, Caba