Los otros Duarte, ¿quiénes son?

A la vieja casona de Los Toldos llegan ellos, los otros Duarte: pequeños y bastardos, los hijos ilegítimos de Juan Duarte, para despedirse de los restos de su padre, que ha fallecido. Y allí, los tres hermanos, los legítimos, los del matrimonio bien habido, comenzarán a debatir si los dejan entrar o no.

Cholo (José Manuel Espeche), Chichilo (Guillermo Flores) y Chacha (una fantástica Cecilia Sgariglia) le dan vida a estos tres personajes, los hijos de Juan Duarte, quien fuera también – claro está- el padre de Evita, la única Duarte conocida. De ella sí se habla. 

Con una propuesta escenográfica austera, con sólo 3 sillas y una mesa larga que oficia también de féretro, los “verdaderos Duarte” reconstruyen su historia, el vínculo con su padre, con su madre y la idea de familia en un pueblo del interior.

Los chiquillos bastardos, sus medios hermanos, no sólo han ingresado a la casa para poder llorar a su padre, sino que abren también, sin saberlo, una página de nuestra historia. Los “legítimos” han abierto también esa puerta. 

Las infidelidades, los celos, los odios, los rumores son el tema explícito de esta obra: desde el sufrimiento de la madre muerta hace años, las mentiras del padre cuando se iba con “la otra” y creían que iba a trabajar, la circulación de chismes en el pueblo, la relevancia de construir una familia como Dios manda, conservadora y de bien, el rol de la mujer. No falta el hermano alcohólico y atormentado y el otro, de quien poco se sabe. 

No se puede leer esta pieza si no es en clave política, porque todas estas cuestiones allí cobran sentido. A  los celos se entrama  -y no se contrapone- lo que genera el ascenso social como algo posible. De este modo, en Los otros Duarte vamos viendo cómo surgen y se amalgaman el odio y el amor, y cómo estos, son profundamente políticos.

Ella, la Evita, la que todos aman, la cualquiera, las relaciones que hay que mantener ocultas para evitar habladurías, las traiciones, la soledad, la militancia, cobran una potencia que nos deja pensando en el devenir de nuestro país, lejos de toda perspectiva romántica en el sentido de los ideales.

Lo que muestra Los otros Duarte, con la impecable dirección de Marcelo Velazquez, es que la vida es compleja  no en el sentido de lo complicado o difícil, sino por el modo en que confluyen, se superponen y se diferencian situaciones actuales e históricas y que el contexto no es lo que nos rodea: estamos atravesados, somos partes, en una trama móvil. El humor coexiste con el desgarro y la angustia, las apariencias conviven con los deseos más profundos, en tensión. 

Los otros Duarte somos todos porque en definitiva,  se apela generosamente al “nosotros”, es decir, quiénes somos.

Teatro del Pueblo

Lavalle 3636, Caba 

Funciones: Sábados 20 horas