LA OCCIDENTALIZACIÓN DE SINGAPUR
El recientemente establecido gobierno de la República de Singapur sabía que sin recursos naturales no podía lograr la estabilidad económica, entonces abrió las puertas del país a capitales extranjeros. Junto con estas nuevas oleadas de capitales extranjeros también vinieron los extranjeros (sobre todo europeos) y la arquitectura occidental penetró en la isla. Singapur se convirtió en uno de los países más cosmopolitas del mundo y esto se nota con mayor claridad en el distrito financiero.
El distrito financiero de Singapur se concentra alrededor de la Bahía de la Marina. Cuando salí del metro y miré hacia arriba, me sentí en Nueva York o en Kuala Lumpur o en Londres: edificios enormes vidriados, calles prolijamente decoradas, diseños arquitectónicos audaces y él… Ahí estaba él, con su extraña y peculiar forma, con sus palmeras en lo alto. Ahí estaba él: el complejo multipropósito integrado Marina Bay Sands.
Las Vegas Sands fue la empresa encargada de construir uno de los proyectos más complejos de la historia moderna. La tierra donde se construyó el complejo es tierra reclamada al mar, entonces un tercio del tiempo de construcción se dedicó a asegurar las bases del edificio. Una vez que las bases estaban seguras, se instalaron las tres torres (que tienen un lado recto y otro curvo). Finalmente, se colocó el barco que se apoya sobre las tres torres y el 23 de junio de 2010 (luego de tres años de construcción) se realizó la inauguración oficial. El complejo cuenta con 2.560 habitaciones, un centro de convenciones y exposiciones, un centro comercial, un museo de arte y ciencia, dos teatros, seis restaurantes y un casino. La idea del gobierno era cambiar la cara de Singapur con este edificio; por supuesto, lo consiguieron.
Todos los días, en la explanada ubicada frente al Marina Bay Sands, tiene lugar un despliegue descomunal de luces y de agua. El show es gratuito y se llama Spectra, y refleja la historia multicultural de Singapur y su mirada futurista. Por detrás del hotel están los Jardines de la Bahía (Gardens by the Bay). Los inconfundibles árboles artificiales se yerguen majestuosos y también ofrecen un show de luces todas las noches que también es gratuito. El entretenimiento es cuestión de estado en Singapur…
Pero la estrella del Marina Bay Sands no son sus luces de neón ni sus negocios de ropa, sino la piscina desbordante (infinity pool) ubicada en la terraza. Para acceder a la piscina hay que estar alojado en el hotel (las habitaciones más baratas cuestan alrededor de 300 dólares), pero se puede acceder a la terraza del Marina Bay Sands que sin dudas tiene la mejor vista de todo el país. Una opción es pagar 17 dólares para acceder a la terraza de observación. La otra opción es vestirse de manera elegante y subir al bar Cé La Vi para disfrutar de un trago (y de la vista, por supuesto) en el Skypark del Marina Bay Sands.
Uno de los edificios que más me llamó la atención en Singapur es el Museo de Arte y Ciencia. Este edificio con forma de flor de loto de diez pétalos irregulares está ubicado también al frente del Marina Bay Sands, y cuenta con exposiciones permanentes y temporales. La exposición permanente es una de las más impresionantes que vi en mi vida. Las salas te sumergen en un universo digital basado en cuatro pilares: la naturaleza, la ciudad, el parque y el espacio. En este enlace pueden ver un ejemplo de lo que encontrarán allí dentro.
Por último, pero no menos importante, Singapur cuenta con su propio Estudios Universal. En palabras de mi amigo Nicolás Milano, que lo visitó el año pasado, la experiencia podría describirse de la siguiente manera: “Me pareció un lugar increíble. El parque es pequeño en comparación con otros Universal Studios; por ende, es ideal para recorrerlo en una tarde, ya que en ese tiempo podés pasar por todos los juegos (sobre todo si vas en un día de semana) e incluso repetir algunos. La temática de las películas está muy bien lograda.”.